La felicidad es la única cosa que se multiplica cuando es compartida.

Brindis, abrazos,  encuentros familiares… la medianoche del 31 de diciembre será un momento de festejo, con cautela por la pandemia, pero de esperanza y reencuentro para millones de personas en todo el planeta.

Un año “termina” y otro “comienza” y, con él, las aspiraciones de un mejor tiempo y de innumerables propósitos y nuevas metas.

No obstante, es un momento simbólico para hacer un alto, mirar hacia atrás y hacia adelante, juntar fuerzas, flamear banderas, tener esperanzas.

Durazno Hoy, se permite simplemente pedir que sean felices.

Que busquen en su interior la llama de una ilusión pequeña, pero tenaz, y la alimenten con mimo durante los 365 días que nos esperan.

Que se cuiden, y cuiden a los que tienen cerca.

Que sonrían a los adultos, que les hagan cosquillas a los niños.

Que canten viejas coplas, alegres o nostálgicas, y bailen agarrados, que se besen mucho, todo lo que puedan, y se esmeren en cocinar platos sabrosos, para disfrutarlos juntos en mesas vestidas con manteles que solo suelen aparecer en estas fechas.

Que aprovechen las mañanas de sol y las tardes de lluvia. Que se muestren orgullosos de su amor. Que lo derrochen.

La amargura nos hará débiles. La indiferencia, la desesperanza, la desunión de las víctimas, fortalece siempre a los culpables. No lo consientan.

No les dejen entrar en su casa, emborronar sus paredes, secar sus macetas, acechar el sueño de sus hijos.

Sean fuertes, por favor, y sean felices. Porque la felicidad es la mejor manera de resistir.

Felicidades amigos lectores y gracias por creer en nuestra forma de hacer periodismo.

Redacción: Daniela Bonaudi, Mauricio López, Jesús Correa.

Colaboradores: Mauricio Delgado, Carlos Fariello, Eduardo Morán, Raúl Licandro, Oscar Padrón, Disman Anchieri y colegas de todos los medios duraznenses.

  • Frase del título: Albert Schweitzer.