188 años de la batalla de Carpintería

Campos donde se libró la batalla de Carpintería, el 19 de setiembre de 1836.

La Batalla de Carpintería fue el primer enfrentamiento entre blancos y colorados y la primera vez que se usaron los distintivos. Durante los años siguientes la lucha entre estos partidos marcó la historia política del país

188 años después de la batalla, las banderas flamean junto a las Placas descubiertas a los 150 años de la batalla a un costado de la ruta 100..

En 1836 la tensión entre el presidente Manuel Oribe y Fructuoso Rivera era muy intensa. En torno a ellos se formaron dos bandos: los “Defensores de las leyes”, “Sostenedores de la legalidad” o “Amigos del orden”, del lado del gobierno, y los liberales, seguidores de Rivera y vinculados a movimientos parecidos de los países vecinos.

La Batalla

Cuando Rivera se alzó en armas en Durazno, fue inmediatamente apoyado por el jefe de los unitarios exilados en el Uruguay, el Gral. Juan Lavalle; a quien Oribe guardaba gran enemistad por haber hecho fusilar a su amigo, el principal caudillo federalista Manuel Dorrego.

Rosas no demoró en enviar tropas en apoyo de Oribe. Las comandó el Gral. Juan Antonio Lavalleja, al frente de unos 3.000 hombres. Oribe le restituyó sus grados militares y bienes, que le habían sido confiscados por el gobierno de Rivera.

Los ejércitos al mando de Oribe y Lavalleja se enfrentaron a las tropas de Rivera y Lavalle en las costas del arroyo Carpintería, en el Departamento de Durazno, el 19 de septiembre de 1836.

Desfile de caballería gaucha en 1986, a 150 años de la batalla

Oribe dispuso que, en esa batalla, sus tropas se distiguieran mediante una vincha blanca, en la cual inscribieron el lema “Defensores de las Leyes”; que Oribe había establecido por un decreto del 10 de agosto de 1836, como distintivo para todos los militares, policías y empleados públicos. Por su parte, Rivera ordenó que sus hombres usaran como distintivo una vincha hecha con el forro de los ponchos, que era de color rojo. Desde ese momento, los partidarios de Oribe fueron los “blancos”, y los de Rivera los “colorados”.

Las tropas de Oribe se impusieron rotundamente en la batalla de Carpintería; y Rivera huyó a refugiarse una vez más en el Brasil. Allí recibió el apoyo de los caudillos Bentos Gonçalvez y Bentos Ribeiro – que a la sazón regían en Río Grande del Sur la escindida “República de Piratiní” – con lo cual volvió a invadir el Uruguay atravesando el río Cuareim.