Bailaba porque su sangre danzaba en sus venas

Falleció Luli.
Todos lamentamos su partida, destacando su aporte a las tradiciones y especialmente a la danza.
Un aporte invaluable, que tal vez queda escondido porque su labor en la danza muchas veces pasó desapercibida porque Luli disfrutaba con ella sin importarle demasiado la promoción personal.
Y sé del aporte que las danzas tradicionales pueden hacer a los procesos de formación de las personas y de valoración de nuestro patrimonio inmaterial. Gerardo fue el conductor de un proceso que con su “Primero Oriental” nació hace unos años y con él, como flores nuevas otras expresiones de características similares se sumaron al camino.
El Certamen “El Bailarin” trascendió las fronteras departamentales y fue un mojón internacional que mantuvo tozudamente a veces con apoyos y otras tantas a puro impulso personal.
Gerardo Sánchez hizo de la danza un camino de vida, identidad y comunidad.
Su legado seguirá latiendo en cada escenario, en cada barrio, en cada corazón que tocó con su arte y su pasión.