Desaparecen hoy

La Institución Nacional de Derechos Humanos comenzó a analizar la denuncia presentada por el colectivo ¿Dónde están nuestras gurisas?, para exigir que se investiguen los casos de cinco mujeres desaparecidas entre 2008 y 2019.
De los cinco casos denunciados, tres figuran en el Registro y Búsqueda de Personas Ausentes del Ministerio del Interior.
Esta oficina, que funciona dentro de la División del Crimen Organizado, cuenta con los datos de cada persona desaparecida.
Se trata de Ana Paula Navarro Echenique, de 37 años, desaparecida el 30 de mayo de este año. Tiene 1,60 metros de estatura, complexión física delgada, cutis blanco, ojos marrones y cabello castaño.
Yanina Milagros Cuello Baladán, de 19 años, desaparecida el 3 de diciembre de 2016. De 1,65 metros de estatura, complexión física robusta, cutis trigueño, ojos color miel y cabello castaño oscuro.
Como señas particulares, tiene en el gemelo derecho estrellas de colores y en el gemelo izquierdo un tatuaje de una mujer jugando al fútbol con la palabra “Milios”. En el antebrazo derecho tiene las iniciales “CE”.
Sandra Gabriela Cortazzo, de 42 años, está desaparecida desde el 20 de abril de 2008. Tenía 31 años al momento de su desaparición.
Mide 1,59 metros de estatura, es de complexión física menuda, cutis trigueño, ojos color marrón claro y tiene un delfín tatuado sobre su hombro derecho.
Otras dos mujeres incluidas en la denuncia colectiva ante la Institución de Derechos Humanos son, Florencia Barrales, de 19 años, quien fue vista por última vez el 25 de abril de este año en el barrio Paso de la Arena, y Jeniffer Mironi Rivero, de 21 años, desaparecida el 13 de noviembre de 2011.
Desde el Colectivo se indicó que «Las familias se encuentran con grandes dificultades para acceder a la justicia, la policía reproduce mitos como el de esperar 24 horas para denunciar una desaparición, que junto a las demoras y trancas procedimentales, desalientan a las familias y entorpecen el proceso.No pueden acceder a abogados por los altos costos que representan, tampoco se les facilita acceder a uno estatal, se requiere de valentía y estar comprometido/a con la causa para que aparezcan nuestras gurisas. En varias oportunidades los expedientes terminan archivados y los casos irresueltos. Hay que exigirle al Estado que asuma su responsabilidad respecto a investigar y combatir el fenómeno. En las fronteras no existe un control verdadero, los tratantes pasan de un país a otro, como hemos visto en reiteradas oportunidades, con mujeres y niñas con documentos falsos hechos por las mismas redes de trata en complicidad con los funcionarios estatales.»
Sabemos que el fenómeno se asienta sobre desigualdades estructurales, de género y de clase, que solo podrán ser transformadas, cambiando de raíz la sociedad.
María Delia Cúneo señaló “Somos una coordinación de mujeres, surgida a fines de 2017 como respuesta a las crecientes desapariciones de niñas, adolescentes y mujeres en nuestros barrios. Ante el silencio de las autoridades, la policía y la prensa, salimos a la calle a denunciar cada caso, visibilizando las trabas legales que impiden a las familias el acceso a la justicia, así como la connivencia del Estado con las redes de trata. Llevamos adelante una página de Facebook donde difundimos información fiable que contribuya a la búsqueda de las chicas. Establecemos contacto con los familiares y tratamos de acompañar en este duro proceso.
Luchamos para que no haya ninguna desaparecida más. Nuestras vidas importan. ¡Vivas se las llevaron, vivas las queremos de regreso!”