Después que llegue el último ciclista.

Por Carlos Fariello
La frase y el contexto nos dicen mucho de una sociedad donde los individuos sienten la juerga como algo que viene pareciera impreso en el ADN de muchos.
Un país que se paraliza entre las fechas de las fiestas tradicionales y la semana de turismo. Ni hablemos por ahora del carácter reflexivo que tienen aquellas y que pocos sienten porque lo espiritual se ha trocado en algo más bien shoppinguero.
Quien inventó la frase lo habrá hecho en broma supongo, aunque no debe haber en el mundo un país que se dedique tanto a las fiestas como el nuestro.
Poniéndonos en comparación con otros, y sabiendo de lo odioso de las comparaciones, el progreso pasa por la dedicación al trabajo y al esfuerzo colectivo que quiere decir de todos.
Una vez lo dijo el expresidente José Mujica y muchos se ofuscaron, cuando dejó entrever que los uruguayos son medio haraganotes. Allá él con su frase pero nada alejada de la realidad.
Somos una mezcla rarísima de todo un poco, fundamentalmente de cosas que llegaron en los barcos y nuestra cultura no ha logrado acentuar los énfasis necesarios en ciertos valores fundamentales.
Mientras, termo y mate en ristre,esperando que la clasificación general se cierre con la llegada del último ciclista.
De futuro hablamos en otro momento.