barco papel2

Y llegó la lluvia, tan esperada por todos, desde la gente vinculada a las actividades agropecuarias, al ciudadano común que soportó unos últimos días con temperaturas superiores a 40 grados.

En la esquina, unos niños jugaron un rato bajo la lluvia, mientras los padres los cuidaban o simplemente los miraban, no faltándoles ganas de imitarlos.

Y cuanto pagaría

por volver a la calle

a llenarme de lluvia

lo mejor de la tarde,

a sentir tantas risas

de gurises contentos

y con mis pies descalzos

de alegría empaparme.

Amigos de la infancia,

que lindo el tiempo aquel

que sin ser marinero

cada vez que llovía

lanzaba a la deriva

mi barco de papel…

jc