La magia de la radio

13 de febrero – «Día Mundial de la Radio
La Radio es un vínculo entre los que hacen radio y el oyente, que se mantiene imperturbable, sin distingo de edades, en el campo como en la ciudad. Un formidable transporte para la cultura y la radio, un fenómeno indispensable de la historia de la humanidad.
En un mundo dominado por las redes que teje internet, ¿cómo ha hecho la radio para sobrevivir?
La inmediatez, la imaginación, la cercanía con la gente, el lenguaje propio de la voz componen “la magia” de la radio, esa fiel compañera que no le teme a los cambios.
La radio opera como un servicio público, porque para gran parte de la comunidad, es la radio el preferido medio capaz de transmitir sus necesidades
Los periodistas de radio, los de ayer y los de hoy, tienen siempre en cuenta que son los ojos de los oyentes.
La radio tiene una magia que no tiene ningún otro medio, ni la gráfica ni la TV, y es lograr que quien que te escucha se imagine todo, te acercas de otro modo a la gente. Más allá de la competencia que implican las nuevas tecnologías, como las redes sociales e internet, la radio no va a pasar jamás de moda: se conservan los oyentes tradicionales y además, de a poco, se ganan nuevos. La radio es un día a día permanente y el desafío más grande es, precisamente, seguir haciendo radio en un mundo en el que la tecnología intenta imponerse.
Los que amamos a la radio, somos fervientes creyentes de su magia. “La magia de la radio”. Una frase, una idea, que sintetiza de un modo maravilloso una característica esencial de este medio de comunicación. La radio es mágica.
Se imaginan como debe haber sido, por ejemplo, el momento del primer día de radio Durazno allá por 1926?
En el momento tecnológico que este medio nació, era inevitable que a la mayoría se le antojara como algo mágico, eso de que pudiera escucharse la voz de alguien que se encontraba vaya a saber dónde. Que esa voz viajara por el aire, a través del éter, debió resultar, necesariamente, asombroso.
Ninguna explicación técnica podía hacer desaparecer la sensación de incredulidad que experimentaba quien sintonizaba los sonidos emitidos desde la distancia. Los elegantes aparatos receptores, con forma de catedral o de teatro, que dejaban escuchar voces, música y misteriosos sonidos de estática, también formaron parte de la magia.
Luego, las voces comenzaron a transformarse en estrellas de este nuevo espectáculo; y, otra vez, la magia se hizo presente. Porque esas voces no tenían un rostro, sino miles. Uno por cada oyente
La radio transmite palabras. La palabra es el elemento de la radio. La palabra y todas sus implicancias, sus incógnitas y su magia.
Lo que está en el aire, lo que usted escucha cuando sintoniza una radio, desaparece, se esfuma al segundo siguiente. Y esto de efímero que tiene lo que se dice es parte de su magia. Porque trasforma a cada palabra en única.
Saludamos a todos los colegas que hacen radio.
A los que hoy como los de ayer, pero sin restar nada de lo mágico, hacen un nuevo pase con la varita para que, otra vez, volvamos a asombrarnos.
Jesús Correa