Noche que trajo al ayer.
Y fue nomás la noche del tamboril. Porque más allá de los discursos, los reconocimientos, el desfile y la apertura de la caja depositada hace 25 años en el gigantesco tamboril, en el entorno del barrio Bertonasco flotaron los recuerdos de los pioneros.
Sin duda, el nombre más repetido, el de Pedro “Gallo” Rojas.
El que como decía uno de sus hijos, primero hizo los tamboriles con sus propias manos, en el corazón mismo del Barrio Bertonasco, donde Pedro «Gallo» Rojas construía tamboriles y enseñaba a sus hijos, nietos y niños del barrio, a tocar sobre las lonjas y a bailar a su ritmo y después formó la primera Comparsa.
Poniéndose al frente de “Tamborileros del Sur”, se metió en el carnaval, que solo parecía ser para murgas, conjuntos, humoristas y máscaras sueltas.
Después vendrá otra historia, en la cual gran parte de su familia fueron protagonistas hacedores del prestigio bien ganado de “Las Llamadas”.
El Monumento protagonista de la noche de este domingo, está sobre la calle que lleva su nombre.
Su sonido suelen escucharlo quienes llevan en la sangre la pasión por el tamboril.
«Poder disfrutar de los recuerdos de la vida es vivir dos veces.» (Marcial).
Foto: aporte de Alejandro Muniz en “Recorriendo Durazno”.