Con el corazón y el peso de la historia
Sabroso triunfo de la Celeste, como para cerrar de la mejor manera nuestra cobertura periodística en vivo y en directo desde Brasil (que seguiremos ahora desde nuestra ciudad, viviendo de la misma manera esta gran actuación de la selección uruguaya).
Triunfazo ante el bicampeón de América, líder en la tabla y con rival y sede definido, Perú en San Salvador de Bahía.
De menos a más..
Trazando un paralelismo algo ilógico, el partido fue un reflejo de lo que se vio en las tribunas, porque al comienzo era todo color rojo y al final el «Celeste soy Yo», bajó por las escaleras, se internó en la cancha y se saboreó al final.
“El Edi” Cavani apareció en todo su esplendor, como aquel grupo de uruguayos en lo que sería la Olímpica, aguantando de todo por parte de los hinchas chilenos, que quintuplicaban en número a los corajudos compatriotas, que al final cantaron hasta el amanecer en tierras cariocas.
Silencio, rápida salida cabizbaja de la parcialidad de Chile y nosotros disfrutando el premio (de aguantar impertinencias en las tribunas) y gritar hasta enronquecer el gol del matador salteño del PSG.
Ahora la historia sigue, como dijo en la Conferencia de Prensa, el Mtro, Oscar Washington Tabárez, “no hay tiempo para la euforia”, Perú está a la vuelta de la esquina y de cuartos de final el sábado 29.
Las defensas prevalecieron
El partido comenzó inclinado hacia el arco de Fernando Muslera, que tuvo dos tapadas fundamentales una en el primer tiempo y otra en el segundo.
Chile se adueñó del balón, a Uruguay le costó pararse y encontrar el juego (más de una vez se vio desde nuestra posición detrás del arco en zona de fotógrafos al Maestro Tabarez menear la cabeza); las bandas de mitad de cancha desentonaron, ni Giorgian de Arrascaeta, ni Nicolás Lodeiro (tampoco Naitan Nandez, que ingresó por el sanducero en el complemento), fueron factores de estabilidad como para acompañar el despliegue de Federico Valverde y Rodrigo Bentancur (ambos de gran actuación)
La pelota no le llegaba a la dupla atacante por lo que -con la excepción de algunas arremetidas esporádicas- Edison Cavani y Luis Suárez, fueron absorbidos por Gonzalo Jara, Gary Medel y compañía.
La defensa prevaleció sobre los intentos ofensivos, con goleros atentos y seguros y líneas que anticiparon el intento rival.
Fue así en los dos equipos, pero hubo un quiebre; a falta de quince, veinte minutos para el final, la actitud de uno y otro equipo fue distinta.
Chile comenzó a apagarse ante la defensa que imponían Giovanni González, José María Giménez, Diego Godín y Marín Cáceres, el mejor del partido, y Uruguay presionó más arriba aún, contra el arco del guardameta chileno.
Ahí la Celeste apareció en todo su esplendor, y la tribuna se entonó aún más.
A Uruguay le sobró resto, salió con decisión y logró el justo premio con un notable cabezazo del ídolo indiscutido actual, Edison Cavani.
En Rio de Janeiro: Víctor Darwin Rodríguez. VDR PRODUCCIONES Medio Acreditado CONMEBOL Copa América Brasil 2019.
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