Rovira: la verdadera obra es uno mismo

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La carta que envió Hugo Rovira imposibilitado de asistir al acto por los 60 años del Taller de Artes Plásticas, fue escuchada al leerse magníficamente por Gabriela Agüero, en profundo silencio  y cerrada con un interminable aplauso.

“Hoy tenía que estar en esa celebración porque es mucho lo que tengo para agradecer…y expresar.

Pese a ser un instrumento imperfecto, autoridades y compañeros, la vida misma, me colocaron, (desde la planificación y ejecución del monumento a Las Llamadas) en una situación privilegiada para experimentar, aprender y  trasmitir, como pudiera, brevísima síntesis de ese aprendizaje.

El Taller es un Templo dedicado a la Belleza. Es un «Punto de Encuentro»… (como en una terminal de ómnibus). Un punto de encuentro de almas previamente pactado, desde otro espacio y lugar para reconocernos, recordarnos y aprender de nosotros mismos…

Cada docente, cada disciplina, cada grupo de condiscípulos, cada proyecto!!!

Cada material trabajado: el barro, la lana, la madera, el papel…el trazo, el color!!! el silencio…cada uno tiene, y da, «su nota», cada uno tiene su frecuencia vibratoria…y participa del Concierto que es la convivencia cotidiana.

Pensamos con las manos y tocamos con el corazón…

Y en ese Concierto, cada uno se nutre y aprende de Sí mismo y del Otro… en una entrega espontánea, sin cálculo especulativo, en forma colectiva, cooperativa, imaginativa… creativa…donde al final, se cosechan frutos materiales, portadores de belleza, de esa armonía, productos que nos complacemos en exponer, compartir, comercializar u obsequiar…pero la Obra, la verdadera Obra, es uno mismo….

Amigos: estoy en una etapa natural (y necesaria) de recogimiento, silencio y síntesis, (decretadas en cierto modo por el propio cuerpo emocional tantas veces exigido, afectando al físico), y debido también a los tiempos del espíritu, que son diferentes para cada uno…

Lamento faltarles también hoy.

Debo cuidarme.

Les extiendo nuevamente mi abrazo y mi agradecimiento al Sr. Intendente, autoridades y funcionarios de la Intendencia que en su momento me apoyaron y sostuvieron, y que apoyan permanentemente al Taller.

A fundadores, funcionarios, docentes y condiscípulos que están (en éste, o desde otro plano) protegiendo este emprendimiento. Y por sobre todo agradezco a la Vida, a la Existencia misma y sus mediadores, por la oportunidad de conocer tantas exquisitas e interesantes, únicas, almas y personas; por la oportunidad de  ser testigo privilegiado desde mis 8 años del desarrollo de este proyecto singular que cumplió 60 años y sigue dando frutos.

Gracias a todos por el apoyo, la paciencia y el cariño con que me colman.