Ningún trofeo vale tanto como la estima de tus propios compañeros
Falleció en las últimas horas Walter Sosa, “Sosita” como más se le conocía, de amplia trayectoria en el fútbol, siendo un verdadero referente como entrenador.
En el vertiginoso mundo del deporte, los héroes suelen llevar uniformes y zapatillas deportivas, pero detrás de cada gran atleta, hay una figura crucial que a menudo permanece en la sombra: el entrenador.
En ese sentido, “Sosita”, para varias generaciones que hoy lo lloran, desempeñó un papel fundamental en sus vidas de deportistas y en el mundo del deporte en general.
Walter, calladamente, sin estridencias, no solo se preocupaba por el rendimiento en el campo, sino que también lo hacía por el crecimiento personal de sus dirigidos, ayudándolos a convertirse en individuos responsables y respetuosos.
A través de la enseñanza de habilidades, la formación de carácter y la inspiración, supo desempeñar un papel fundamental en el desarrollo de futbolistas exitosos y ciudadanos ejemplares.
Entre tantos que fueron sus alumnos, rescatamos lo que escribe en su Facebook Antonio Alzamendi:
“Cuando uno pierde personas importantes en la vida personal. Seguro que el dolor es grande. Walter fue un amigo un profesor en mi vida de miles de consejos. De un gran ser humano donde solo recibía amor y enormes consejos. Por años fue mi entrenador. Y recuerdos sus grandes charlas en la Esquina de plaza Sarandi, el vendiendo quiniela. Un gran abrazo a la familia. Y solo decirte Walter vuela alto querido amigo que en el camino del más allá nos encontraremos. Siempre te tengo presente. Té quiero Sosita como tus jugadores te decíamos”.
*Nota: no se realiza velatorio.