Una voz emblemática.
A los 84 años, falleció el pasado lunes el reconocido locutor y comunicador Homero Rodríguez Tabeira.
Se encontraba internado desde hace días y falleció de un paro cardíaco. Nacido en Rocha en 1934, fue uno de los pioneros de la televisión uruguaya. También fue publicista.
Su extraordinaria voz ya destacaba desde que se incorporó a Radio Centenario en 1955. Además, fue figura en las radios El Espectador, Ariel, Universal y Carve y del Palacio.
En TV, fue el conductor del programa de preguntas y respuestas: “Martini pregunta”. Durante más de dos décadas, y hasta el año 2016 estuvo al frente de la conducción de los sorteos del “5 de Oro”. Sin duda un grande de la comunicación al que admirábamos profundamente.
De su hija Daiana
«Imposible retribuir el aluvión de saludos y cariño de las últimas horas. Él se supo querido porque la gente se lo demostraba todo el tiempo en la calle (o en los pasillos de la emergencia, como ayer mismo) . Pero no sé si tuvo idea cabal de la magnitud del cariño y el respeto que generó. Estamos todos muy conmovidos y el cariño recibido a través de su figura nos entibia el alma y nos ayuda mucho en ese tránsito tan difícil que significa dejarlo ir.
Los últimos dos años se aferró a la vida como una garrapata, y la peleó con una fuerza de la que yo no sería capaz.
Nos queda el consuelo de saber que tuvo la vida que quiso tener, y de que la muerte llegó como un rayo, directo al corazón, en medio de risas y creyendo por enésima vez en una recuperación. No le dio tiempo a saber que era el final. No lo supo.
Hasta ayer tenía proyectos. Personales y profesionales.
El viernes, este hombre que apenas podía tragar papillas y que no aguantaba el dolor de columna, cocinó escones para recibirnos a todos en su casa .
El domingo celebró a la celeste, avisó con gracia y alegría que había vuelto la luz a su casa, y me peleó por WhatsApp por Lodeiro ( como buen manya) .
Ayer, cuando ese rayo fulminante le partió el corazón, estaba sentado en la camilla, saludando con abrazos a una amiga de la juventud con la que se reencontró, y usando mis lentes para finalizar una compra por internet desde su celular.
Hoy , la despedida fue tan sencilla como un bello tema de jazz sonando desde un celular con el.que uno de sus nietos lo agasajó , imaginando que sonreiria al oírlo a través de la madera que lo separaba de nosotros.
Solo tengo un gran agradecimiento a todos por tanto afecto y calidez. Y ahora, cuando empieza el descanso, leo y releo y pienso cuánto me gustaría poder mostrarle los comentarios que sigue generando.
Abrazo general a todos. Los que conozco y los que no conozco. Los que me abrazaron en persona y los que lo hicieron a la distancia. Los que lo conocieron en persona y los que solo lo vieron en su faceta pública
Infinitas gracias».