eduardo moreno

A Eduardo Moreno le conocimos en el 1er. Festival Nacional de Folclore, en 1973, donde actuó como Invitado Especial junto a Aramis Arellano y además integró el Jurado del Concurso que dio origen al evento.

Nacido en Durazno, ya estaba por entonces radicado en San José y era uno de los payadores más importantes del Uruguay, pero, además incursionaba en el relato deportivo.

Precisamente en esta profesión, se fue a Panamá donde estuvo más de 35 años y llegó a ser el número uno como relator y en páginas deportivas de diarios panameños. Un percance de salud le obligó a dejar esa pasión y poco después retornó a Uruguay, viviendo hoy en Villa Rodriguez, San José.

La delegación panameña que llegó para la despedida de la Selección uruguaya, le tributó un homenaje que para nosotros no pasa desapercibido. Por eso nos permitimos reproducir lo que el propio Moreno narra en su cuenta de Facebook.

 Un día de fiesta……

«Estoy en el Estadio Centenario, en Montevideo, República Oriental del Uruguay, en uno de los salones VIP, destinados a personajes de alta alcurnia, que en los casi 90 años de existencia de ese monumento histórico del fútbol mundial, jamás me han asociado con él.

Es viernes 7 de junio del 2019. Hace ya un buen tiempo que no entro al Centenario….quizás transmitiendo fútbol para una emisora uruguaya, el 10 de enero de 1981….Fue para Radio América, relatando yo con comentarios de una leyenda del balompié charrúa, Don Roberto Porta…Poco después, en junio de 1981, viajaba hacia un desconocido Panamá, por tres meses, que se convertirían en 34 años….34 años, para convertirme en emigrante.

Era un hombre todavía joven, 39 años, que había andado un poco, por Argentina, Brasil y Paraguay…y nada más…El que nació emigrante, por más que sus progenitores le hablen bellezas de su solar natal, verá que estos se quedan cortos a la hora de sobrevalorar la patria que ellos mismos debieron abandonar en busca de mejores horizontes. Porque los hijos llevan otra ciudadanía, distinta a la paterna, y una cultura diferente a la de sus mayores.

Repito: es hoy viernes 7 de junio del 2019. El día anterior, el Jefe de Prensa de la Federación Panameña de Fútbol, Adán Degracia, me recibió como invitado en el Hotel Sheraton, y volví a revivir aquellos dorados años que habían quedado atrás…Ramón Cardoze, federado hasta hace poco tiempo y responsable de la Selección panameña, y Juan Carlos Barreiro, con quien me une una larga amistad, en nombre de la FEPAFUT me hicieron el honor de poner en mis manos una hermosa plaqueta que dice: “La Federación Panameña de Fútbol confiere a Ángel Eduardo Moreno Tórtora, por el gran legado que con su trabajo como periodista e investigador del fútbol panameño dejó a nuestro país. Dado en Montevideo, Uruguay, el 7 de junio de 2019”.

Por si esto fuera poco, el director técnico de la selección istmeña, mi amigo Julio César Dely Valdés me obsequió una camiseta con los colores y el escudo de Panamá, con el número 6 y el nombre “Don Eduardo”

La gran mayoría de los jugadores, me conocen: Román y Gabriel Torres, Luis “Manotas” Mejías, Anibal Godoy, Arroyo, Escobar, Cummings, Quinteros, Cooper, Machado, Blackburn, Calderón, etc.

Con el corazón partido

Cuando pasados 15 o 20 años de ausencia, los viajeros se dan una vuelta por el “paisito”, buscando desesperadamente vestigios de su ayer, verá qué poco queda de lo que, como un tardío cordón umbilical, los sujetaba. Porque la patria de sus ancestros ha cambiado, y ya no volverá a su forma original.

Vivir por lo menos 30 años en otra latitud geográfica, (con otro huso horario, con otras costumbres, con un clima diferente, con otro idioma, con la radio, la televisión, los medios de comunicación en otro lenguaje), es renunciar de a poco de la nacionalidad uruguaya, y se integrarán a la larga transición de los “sin patria”, o los que la tienen multiplicadas por varias.

Los emigrantes uruguayos también han madurado, y hay un choque generacional, entre quienes quedaron aquí, y los que se marcharon, llevando como estandarte el termo, el mate y la bombilla, la camiseta celeste del fútbol, la grabación opaca de alguna retirada de Carnaval, el recuerdo de algunos tangos como “La Cumparsita”…y poco más. No puedo festejar ni un gol de Uruguay y Panamá, porque tengo, como dice la canción “el corazón partido”…Si pudiera hacerlo, tendría que aplaudir segundo de Luis Suárez, que fue “un gol de otro planeta”…Aún así, no lo grité…»

Por Jesús Correa