Poetas sobre la marcha.
Desde hace algunos años nuestro país celebra el Día del Payador el 24 de agosto, tributando homenaje así al precursor de este arte criollo, Bartolomé Hidalgo.
Nacido en Montevideo el 24 de agosto de 1788, Hidalgo es considerado el precursor de nuestra poesía gauchesca. Hijo de una familia modesta, se habría educado en el Convento de San Francisco. Aunque peleó en el Cardal contra los ingleses, no fue soldado, ni gaucho, ni payador, como a veces se ha sostenido; fue un oficinista. En 1803 fue empleado en el comercio de Martín José Artigas, padre de quien luego sería Jefe de los Orientales, y en 1805, acompañó a Sarratea en el Segundo Sitio a Montevideo y durante el gobierno porteño fue administrador interino de Correos y secretario interino del Cabildo de Montevideo. Cuando las fuerzas artiguistas ocuparon Montevideo, Otorgués lo designó como ministro interino de Hacienda por un breve período (1815). En 1816 fue nombrado director de la Casa de Comedias o Coliseo. Al producirse la ocupación portuguesa permaneció en la ciudad durante un año como censor de las obras que se representaban en el Coliseo y en 1818 emigró a Buenos Aires, donde vivió en la pobreza. Murió por causa de tuberculosis el 28 de noviembre de 1822.
Payador
De las entrañas del campo nace este género, que los gauchos utilizaban para expresar sus sentimientos y la realidad en la que vivían. El payador artista, del mismo modo, posee la habilidad de elaborar la historia, la rima y el canto sobre lo que sucede en el momento o sobre temas que le propone su público. El tema se presenta en los primeros cuatro versos y se desarrolla en los seis restantes; el pensamiento que contiene la estrofa debe concluir en el décimo verso. Por lo general, acompaña con guitarra sus versos octosílabos.
En el contrapunto, cada payador responde las preguntas de su contrincante y luego pregunta a su tiempo. Los contrapuntos pueden durar horas y finalizan cuando uno de los cantantes no puede responder rápidamente a la pregunta de su rival. Mezcla de poeta y cantor, el payador tiene las armas para observar la realidad y convertirla en arte a medida que sucede.
El arte de la payada fue declarado en 2010 Patrimonio Cultural Inmaterial del Uruguay y del MERCOSUR.
Hoy, en el Día Nacional del Payador hacemos llegar nuestro reconocimiento a los cultores de este arte en todo el país.
Entre tantos, mención especial para recordar a Eduardo Espinosa fallecido hace unos años y Juan Carlos López, ganador del 1er. Festival de Durazno y que hoy es uno de los payadores más importantes del Uruguay.
Los payadores son la mejor garantía para que la improvisación en décima espinela y en contrapunto nos siga deslumbrando con su profundo arraigo en las tradiciones poéticas y musicales de nuestro país.