La importancia de la Radio.

Estamos en una época en la que la proliferación de los medios de comunicación de masas se pone de manifiesto de manera contundente. A ello ha contribuido de manera importante la utilización de Internet.
Este Diario digital es una muestra de la facilidad que encuentra cualquier Ciudadano de acceder a la información.
La Radio no se ha quedado atrás y a pesar del apogeo de las comunicaciones de todo tipo, ofrece unas grandes posibilidades y unos matices llenos de una gran riqueza.
Los que tenemos la suerte de trabajar en ella, somos conscientes de que la misma es un importante instrumento de animación y de desarrollo comunitario.
La Radio constituye un mundo apasionante que está en constante auge. Es un medio de comunicación poderoso con unas características propias que hay que saber respetar y potenciar.
A la radio hay que acercarse con mucho respeto, despojados de prepotencia, siendo conscientes del compromiso que significa dirigirse a una gran cantidad de personas. La Radio es, ante todo, el resultado de un trabajo de equipo. En el producto radiofónico entran una serie de elementos encadenados entre sí que permiten marcar su ritmo, su intensidad y, en definitiva, su interés.
Hacer radio es una tarea apasionante que requiere una gran dosis de vocación y de constancia. Con estos dos elementos y con la adecuada preparación técnica se pueden lograr resultados muy gratificantes y, sobre todo, se puede hacer de este medio de comunicación un importante instrumento de entretenimiento, de información y de formación.
Nació para servir tanto de sistema como de medio de comunicación, pero en sus momentos de esplendor ha llegado a superar las funciones del simple transmisor de hechos, y ha conseguido influir incluso sobre los acontecimientos. Esta operatividad potencial unida a la característica de instantaneidad de sus mensajes, peculiariza al mundo radiofónico entre todas las formas de comunicación social de masas.
La radio ha sido desde su nacimiento un termómetro fiel de los cambios sociales, hasta el punto de convertir sus distintas fisonomías históricas (radio instrumento, radio negocio, radio medio de expresión, etc.) en otras tantas imágenes palpitantes de las etapas del siglo XX.
El mensaje de las ondas radiofónicas sigue alumbrando ideas entre sus destinatarios, porque fomenta en ellos otra de las características vitales de su propio desarrollo: la imaginación. La radio estimula a la imaginación, en contraposición con otros medios que solo proponen imágenes. Cada mensaje sonoro se transforma así en una imagen pensada o inconsciente.
La Radio es en sí una técnica de comunicación por lo que, si se apoya en la participación de los oyentes y en el protagonismo de los mismos, puede favorecer a adaptación al cambio social y asegurar el desarrollo individual y colectivo.
El oyente es el protagonista.
La acción de animar, además, ha de basarse en la habilidad de comunicar de las personas que hacen radio, la habilidad de acompañar, de saber ocupar el puesto que le corresponde y dejar el protagonismo al que verdaderamente lo tiene que es el oyente.
No podemos concebir la animación de un programa de radio a base de proferir insultos o afirmaciones que atenten contra la dignidad de las personas. No podemos concebir la animación de un programa de radio a base de creernos unos dioses que estamos en posesión de la verdad absoluta. La radio es un poderoso medio que puede encandilar a los que buscan en ella su lucimiento personal.
En un mundo incierto y cambiante, no se puede tratar de limitar los perfiles de lo que será de la radio, sin aceptar previamente una enorme pasividad de error no calculado. De lo que no cabe duda es de que la radio seguirá existiendo como factor determinante de muchas situaciones de toda índole, y de que su caminar habrá de dirigirse hacia la búsqueda de la perdida de independencia y de la Libertad total conque nació. Porque lo cierto es que la conquista en lo que se refiere a la libertad de expresión, así como la idea de participación que las personas intentan aplicar y en muchos casos logran, no puede pasar de «incógnito» para el futuro acontecer del medio.
La radio vivirá siempre para servir de algo, el futuro de la radio no manejará ya términos de programas dramáticos, informativos o musicales. Hablará de una radio total que enlace todos los ámbitos culturales, pasando de uno a otro sin que nadie los anuncie. La radio del futuro hará que la información, por ejemplo, acompañada de la música oportuna, logre un «tempo» dramático, y que la radio teatro comente todo lo que ocurra, junto con sus oyentes quizás improvisados, en un coloquio abierto donde cada cual asuma su propio papel.
Este concepto de radio total llevará consigo un nuevo profesional del medio capaz de asumir todos los papeles, que sepa buscar la noticia, escribirla, contarla y encajarla en el marco oportuno.
Todos los adelantos presentes y futuros aplicables en el terreno de la radiodifusión, facilitarán muchas posibilidades no pensadas o logradas por ahora. En definitiva, y a pesar del tiempo transcurrido, la Radio goza de una formidable salud y tiene un esplendoroso futuro.
*Artículo publicado en Actualidad por Segismundo Uriarte Domínguez.