A ganar o a perder?
Las diferentes escuelas que, en distintas áreas deportivas han funcionado en los últimos años, fueron, sin excepción, exitosas.
Han sido uno de los elementos clave para el fomento de prácticas que garanticen la participación, el respeto, la tolerancia, y que contribuyan al desarrollo de una educación de la ciudadanía a través de la práctica deportiva.
Durazno iba por muy buen camino.
Desde que se anunció el pase de las escuelas a la regulación por parte de Fundación “A ganar”, las escuelas han parado sus actividades, los profesores que estaban a su cargo cesaron y esperan con expectativa su reiniciación.
Lo cierto es que, en el medio de esta decisión municipal que puede o no compartirse, están los alumnos.
Seguramente consciente de ello, Mauricio Delgado no ha cesado en su labor al frente de una Escuela de Ciclismo que oficialmente no existe pero que si en la práctica, porque, en su condición de director, pensó en los alumnos y siguió trabajando desinteresadamente.
Son muchas horas dedicadas a algo que indudablemente es su pasión tras casi 10 años de actividad.
A ello, se sumó hace 6 años, la creación del Club Ciclista Escuela de Durazno, afiliado a la Federación Nacional de Ciclismo, con personería jurídica.
El fin de semana pasada, en el Parque de la Hispanidad, más de 400 participantes respondieron a la excelencia organizativa y posteriormente, alumnos y padres, sorpresivamente se aparecieron en su casa y le entregaron a Mauricio unos hermosos carteles, con fotos y un pedido especial: que no se vaya.
Y Mauricio seguirá, porque dejar de hacerlo sería no continuar relacionado con muchos otros valores, como el de la empatía o la tolerancia.
Una escuela de ciclismo atrae la atención de los niños, pero también la de sus padres y demás familiares. Mientras los chicos juegan, se divierten y aprenden a compartir espacios, almuerzos, meriendas y trabajo en equipo, sus seres queridos también comparten vivencias, valores y hacen culto de la buena amistad. Y, además, fortalecen los lazos de buenos vecinos, lo que ayuda a fortalecer la vida comunitaria de la localidad.
Sin lugar a dudas que las escuelas de educación deportiva tienen que recibir más apoyo para que desde éstas puedan brindar cada vez un mejor trabajo en un terreno que es primordial para la educación infanto juvenil, como son los valores en el deporte y la formación integral de niños de ambos sexos con mente y cuerpo sanos.
La demora en poner nuevamente en funcionamiento a las Escuelas Municipales va en desmedro de la propia nominación de la Fundación responsable: “A ganar”.