Brindemos por Pedro
Por Jesús Correa
Para mí, desde muy joven, desde que comencé mi actividad periodística, Pedro González era sinónimo de Villa del Carmen.
Nos contagiaba su pasión cuando nos mostraba la bodega, caminando entre las parras y saboreando al pasar algunas de sus exquisitas uvas a las que cuidaba como si fueran sus propios hijos.
Las anécdotas en la cabaña junto al río, donde los pájaros andaban como si fueran los dueños del lugar y a los que él alimentaba colocando comida en los troncos y disfrutaba cuando los veía bajar a alimentarse.
Las tenidas de pesca – otra de sus pasiones – donde para cada plato que se preparaba en la barra, tenía un vino diferente que sacaba como de una galera del valijero de su auto y le traía con una copa especial enganchada entre sus dedos.
Aprendí entonces a admirarlo, respetarle y quererle.
Por eso con enorme satisfacción anuncio que desde este viernes, una calle de su querido pueblo llevará su nombre.
Nunca tan justo el homenaje que se le brinda a este luchador incansable, que apostó a la tierra más allá de los avatares de la propia vida y que inculcó en sus hijos ese mismo amor porque son de la misma “cepa”.
La fotografía que ilustra esta nota, lo muestra cómo ha sido siempre, con el vino de su propia cosecha y esa sonrisa auténtica y sincera.
Don Pedro Javier González Toledo es como su vino al decir de Félix Lope de Vega y Carpio:
“El vino, mientras más se envejece, más calor tiene”.