El Festival despide a uno de sus fundadores

Nunca estamos preparados. Nadie nos prepara para la muerte. Para decir adiós. Para despedirnos de las personas que queremos.

Hoy despedimos a Raúl Moreira, compañero de tanto recorrido en el camino del canto, desde los primeros esbozos del Festival que soñamos un día y que ninguno de los dos imaginamos vivirlo por más de medio siglo.

Qué difícil es hacerlo.

Qué difícil es dejar momentos atrás, guardados en un cajón, para que no se escapen jamás. Porque ya no podremos crear otros.

Los amaneceres junto al escenario, cuando nadie quedaba ya en el estadio o en el Parque y nos abrazábamos tras la culminación de una edición por la que durante varios meses trabajábamos juntos con Popea, Homero, Juan Pablo, Ramón y los compañeros de la oficina de Eventos..

Las tristezas cuando en algún momento creyeron a los de afuera y no a nosotros, pero lo asumimos calladamente porque en el fondo sabiamos que el tiempo nos iba a dar la razón.

Mochilero en sus años juveniles, se iba hasta Cosquín, enamorado de la música folclórica y en su condición de tal, fue designado por el Dr. Iturria para integrar la Comisión fundadora del Festival de Durazno. Lo hizo durante varios años en la década del 70 y volvió a integrarla durante 10 años más en los 90.

Compartíamos también la pasión de la pesca, y junto al arroyo y el fogón encendido, supimos revivir historias compartidas, de las buenas y de las otras.

Poco a poco vamos perdiendo en el camino a aquellos con los que tantas alegrías, tantos debates, tantos sueños compartimos.

¡Adiós querido amigo!

Fuiste parte de una etapa de sueños y esperanzas. Y tu recuerdo permanecerá por siempre en quienes te conocimos.