El mejor remedio contra todos los males es el trabajo.
El 1º de mayo se celebra el Día del Trabajo. Es una oportunidad para reflexionar sobre el sentido del trabajo, sobre la dignidad del mismo, sobre la manera como vemos a quienes de diversas maneras gastan su vida en labores al servicio de los demás. Es, al mismo tiempo, la oportunidad para reflexionar sobre los derechos de los trabajadores y lo que podemos hacer por ellos.
Considero que el sentido del trabajo es, ante todo, una manera de ser cocreadores, de unirnos a la construcción de una sociedad más justa y más fraternal. El origen de la celebración de hoy no fue propiamente algo positivo sino la protesta para pedir que la jornada laboral fuera de ocho horas diarias cuando se tenían jornadas de 10 y 12 horas diarias. Vemos, entonces, que su origen es por la búsqueda de un derecho que no estaba siendo respetado.
El 1 de mayo en muchas partes del mundo está marcado por las protestas, las marchas, las manifestaciones porque la realidad nos muestra que a pesar de llevar 134 años de la protesta de Chicago seguimos encontrando situaciones injustas de explotación laboral y de no respeto de los derechos laborales, más aún, de injustas retribuciones salariales, con lo cual se generan otros problemas sociales que la sociedad no quiere afrontar o solucionar.
El trabajo por sencillo que sea debe ser digno, enmarcado dentro del respeto a los derechos fundamentales y, sobre todo, que sea un aporte a la sociedad. El trabajo es una forma privilegiada de servir a los demás. Cada uno desde la ocupación que tiene debe hacer lo que esté a su alcance para lograr que esa dignidad de cada persona sea respetada.
Pienso al mismo tiempo en las personas que no tienen trabajo, que engrosan la fila de los desempleados, los desocupados, los que escuchan a diario una negativa cuando buscan cómo responder por sus obligaciones familiares. Es un índice que no podemos ignorar, pero no podemos quedarnos en que sea una cifra, un dato estadístico. Nos debe llevar a preguntarnos qué podemos hacer, cómo podemos crear fuentes de empleo para que no se aumente la violencia, para que la criminalidad no campee en nuestras ciudades y poblados, para que el campo sea una fuente de trabajo como lo era antes.
Si miramos el trabajo como servicio empezaremos a comprender la dimensión social que tiene y que es, al mismo tiempo, el camino para lograr la realización de la vocación y misión que tiene cada persona. Podemos ayudar a lograr un mundo mejor, podemos construir mejores entornos para vivir y todo gracias al trabajo de personas a quienes se trata con dignidad y respeto.
Que este 1 de mayo nos ayude a darle un nuevo significado al trabajo, por humilde que sea.