Gerardo lo merece.

Los homenajes son demostraciones públicas de respeto y admiración hacia una persona o un acontecimiento.
En nuestra sociedad estamos rodeados de personas que por sus actos en vida nos han dejado una huella que permanecerá en el recuerdo colectivo por décadas o siglos, dependiendo de la influencia y trascendencia que haya tenido para la sociedad en cuestión.
Hay personas que, por su sacrificio, por su tesón, por su talento o sus convicciones, han logrado cambiar el microambiente en el que se hayan movido y desenvuelto. Esas personas habitualmente cuando están entre nosotros las reconocemos, las admiramos, y muchas veces de manera tímida le demostramos lo importante que son para nosotros. También muchas veces no nos damos cuenta lo importante que era hasta el día que no lo tenemos más entre nosotros. A veces nos lo podíamos imaginar, pero solo su ausencia profundiza lo que podíamos haber vaticinado.
Cuando hablo de este tipo de personalidades no me refiero a las 10 personas más importantes en la historia de la humanidad, me refiero a personas que capaz que ni siquiera son “famosas”, pero en el ambiente donde trabajaron, en la actividad a la que se dedicaron, dejaron una huella.
Tal es el caso de Gerardo Sánchez.
Años y años de dedicación en la enseñanza de la danza, en la conformación de grupos y en mostrar al mundo un arte que tanto nos identifica. Su “Primero Oriental” fue siempre un embajador duraznense.
Este sábado, sorpresivamente para él, en un Teatro Español repleto, entre danzas y canciones, se le realizó un sencillo homenaje. Al estar comprometido con el Festival de la Polca en Centenario, no pude asistir, pero se del éxito de esa noche.
Gerardo recibió emocionado las distintas muestras de afecto y, quienes tuvieron la idea de efectuar este reconocimiento, demostraron que va a valer más la pena una cena entre amigos para agradecerle todo lo que quieras, que un minuto de silencio en cadena nacional el día que esté muerto.
Y que quede claro, no hablo de la muerte, hablo justamente de la vida. Todos sabemos que las cosas hay que hacerlas en vida. En mi opinión, los homenajes también.