En el fútbol infantil en la Categoría Sub 13, Sportivo Yi y Wanderers en gran campaña culminaron igualados en el puntaje y cuando s esperaba una finalísima entre ambos, los dirigentes de los clubes votaron por mayoría que la misma no se jugara y que ambos fueran campeones, utilizando como argumento, el evitar hechos de violencia que la rivalidad podría provocar.

Resulta insólito que, cuando los violentos generalmente son los mayores y hasta los propios padres, paguen los niños.

Hace poco escribíamos sobre la importancia del baby en el fútbol uruguayo y sus conquistas y de la forma en que este iba formando la personalidad del niño.

Ganar un partido, un torneo o una partida es una fiesta para todo el mundo y sobre todo para los niños. Sin embargo, tan importante como celebrar la victoria es saber perder y además hacerlo dignamente. Este es un valor que hay que enseñar a los niños, porque de la misma manera que hay que  respetar a los rivales, debemos ser conscientes de las virtudes propias.

Quienes dirigen a  un plantel infantil deberían tener presente que, de la educación en valores que ofrezcamos a nuestros hijos, debemos enseñarles a saber ganar y perder cuando participen en algún juego o competición.

Los niños deben aprender que unas veces se gana y otras se pierde

Enfadarse después de perder es algo normal, no es solo cosa de niños y llevar a la práctica la famosa frase de consolación ‘lo importante es participar’ es un reto que requiere esfuerzo y voluntad por parte de cada uno.

Evitar una posible derrota no es el camino

Es muy importante que los orientadores del fútbol infantil y los propios padres, preparen también para la tolerancia a la frustración, puesto que esta va a ser una emoción (muy desagradable) a la que los niños se van a enfrentar en muchas ocasiones a lo largo de su vida adulta.

Estamos de acuerdo en que perder con una sonrisa es muy complicado, pero lejos de ese ideal casi inalcanzable para la condición humana, sobre todo hablando de niños, es importante enseñar a nuestros hijos un grado de tolerancia a la frustración para que el mundo no hunda a sus pies cuando no se logra lo que se desea.

Unas veces se gana y otras se pierde
En esta difícil tarea de educar a los hijos resulta esencial que comprendan que unas veces se gana y otras se pierde. Debemos festejar cuando nuestros hijos ganen, pero también cuando pierdan. De esta forma se darán cuenta de que no está tan mal perder.
En este sentido tenemos que enseñar a los niños a través de nuestro ejemplo que hay que respetar a nuestros rivales cuando nos ganan, pero también cuando pierden.

Cuando lo niños aprenden que ganar y perder es una sinergia constante en la vida y que ante las derrotas no deben sentirse fracasados o inútiles y que perder es una situación natural, adquirirán mayores competencias para asumirlo con tranquilidad.

La decisión tomada por los clubes de la Liga infantil que mencionamos en el principio, no solo corta la ilusión de los verdaderos protagonistas de llegar a una instancia decisiva, sino que además demuestra que akgunos adultos no han entendido que cuando lo niños aprenden que ganar y perder es una sinergia constante en la vida y que ante las derrotas no deben sentirse fracasados o inútiles y que perder es una situación natural, adquirirán mayores competencias para asumirlo con tranquilidad.

*»Los niños no tienen la finalidad de la victoria, quieren apenas divertirse. Por eso, cuando surgen excepciones, como Messi y Neymar, son, entonces ellos, para mí unos verdaderos milagros».

Eduardo Galeano