Nuestro rol debe ser siempre preservar la autonomía del periodismo para fiscalizar el poder.

Algunos periodistas o comunicadores duraznenses han emprendido una campaña en apoyo a los candidatos a la Intendencia de Durazno, integrando incluso las listas respectivas. ¿Esa puede ser la tarea de un periodista?
El tema no es nuevo. Ha pasado en otras ocasiones e incluso, provocado heridas incurables a nivel gremial.
Existe una base ética aplicable al caso de la consulta: el periodista se atiene al objetivo de su profesión que es la información y excluye, entre sus actividades, la de la propaganda. Una campaña a favor o en contra de un grupo político es un evento propagandístico que riñe con los objetivos y la identidad del periodista.
Aquella norma resulta sustentada en las formulaciones que definen al periodista como un servidor público que, a través de la información, beneficia a toda la sociedad.
Ese servicio se presta cuando destaca lo positivo de la sociedad, cuando denuncia sus peligros, sus equivocaciones y errores, cuando previene y cuando estimula.
El periodista registra e informa, pero no debe intervenir, porque lo suyo no es la política militante en la medida que se entienda la independencia de la labor periodística.
La ética profesional de la comunicación pública, es más que el guardián de la exactitud de la información. Es el responsable de ver que los procesos de comunicación en la sociedad funcionan, a fin de que cada uno que tiene algo que decir a la comunidad tenga acceso a los medios y que quien necesita la información también tenga acceso a ella.
Nuestro rol debe ser siempre preservar la autonomía del periodismo para fiscalizar el poder. Nosotros no podemos desviarnos hacia el activismo sino mantenernos anclados en hacer periodismo de calidad.
Ése es nuestro principal desafío.
Es un verdadero “golpe” a la profesión que algunos periodistas pasaran a militar de forma activa en los distintos partidos políticos y eso no ayuda a contrarrestar las críticas.
Creo en que el periodismo debería ser independiente. Obviamente no puede ser periodismo y militante. Objetivo, no, porque tenemos la carga subjetiva de dónde estamos, de dónde venimos, cómo nos formamos, dónde nos paramos. Se puede ser cuidadoso, de alguna manera imparcial. Y los hechos son los hechos.
Quienes están hoy levantando banderas en favor de tal o cual candidato e incluso integrando sus listas van a contra marcha de su función o de lo contrario están ocupando lugares en la sociedad como periodistas y en realidad no lo son.
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