Romper el silencio

En la información que aparece en Policiales, nos sorprendió la frase “Era un secreto a voces lo que pasaba”, que tiende un manto de culpabilidad amplio. Nos permitimos publicar parte de un artículo que trata esta problemática que, por distintas razones, parece haberse acentuado en la vida de nuestra sociedad.
Abuso sexual.
Dos palabras que sobrecogen e incomodan. Pronunciarlas es casi un imposible para las víctimas. Escucharlas, una carga demasiado abrumadora para los oyentes. Ambos bandos saben que, tras vocalizar esas dos terribles palabras, ya no hay vuelta atrás.
Al verbalizarlo, ese «secreto inconfesable» se convierte en real. La caja de Pandora se ha abierto, y en ese remolino de emociones, ira, dolor, vergüenza, miedo y culpa, los «santos inocentes», los protagonistas involuntarios de esta tragicomedia, se encuentran solos, perdidos y estigmatizados.
El abuso sexual sigue siendo una de las realidades más comunes y más ignoradas de nuestro tiempo.
Los mitos y las falsas creencias sobre la sexualidad y el abuso necesitan ser derrumbados. Necesitamos formar a nuestros hijos en dignidad y valoración, educándoles en sus derechos y deberes, y dotándolos de las herramientas necesarias para poder reconocer el abuso y poder contarlo.
A lo largo de los años, con tantas historias distintas de personas de bagajes tan diferenciados, se ha descubierto con dolor y asombro que lo que toda víctima necesitaba y anhelaba para poder seguir adelante era simplemente sentirse escuchados, creídos y defendidos. Con demasiada frecuencia la respuesta del entorno ha tenido efectos más negativos en la vida de la víctima que el propio abuso.
Debemos reconocer que el abuso es un problema de todos, y que estar simplemente informados, puede hoy, más que nunca, salvar vidas.
Necesitamos ser la voz de todos los que han sido silenciados y estigmatizados por algo de lo que nunca fueron culpables.
Es hora de levantarnos en pos de los más débiles. Es hora de proteger activamente a nuestros niños y decirles que su voz es importante. Es hora de ROMPER EL SILENCIO.
Por Miriam Joy Iglesias – periodista, mediadora familiar (España).