Una brizna de esperanza.
El 2020 ha sido un año extraño, totalmente distinto a lo acostumbrado, pero nos ha permitido encontrarnos de frente con nuestras mayores debilidades y nos ha obligado a pensar en asuntos esenciales que antes no captaban nuestro interés.
La emergencia de covid-19 nos ha mostrado nuestra condición real de seres humanos, nos ha desnudado ante una fragilidad que muchos considerábamos superada y nos ha hecho pensar acerca del inmenso valor de vivir.
Este es un tiempo de crisis, sin duda, entendido ese concepto como una urgencia de cambio, como un proceso de transformación necesaria en la búsqueda de ser mejores.
A la medianoche de hoy celebraremos el nacimiento del niño Jesús, lo cual significó la llegada al mundo hace 20 siglos del hombre que trajo un mensaje de perdón y amor al prójimo.
Lejos quedan aquellas noches interminables de Navidad con toda la familia reunida en el salón, de besarnos y abrazarnos cómo si no hubiese un mañana, de familiares llegados de la otra punta del panorama nacional o de ese intercambio fugaz de sonrisas y bailes.
Esta es una fecha que invita a la solidaridad, la reconciliación y la generosidad, pero en la que nuestras expresiones de cariño y afecto deben estar mediadas por comportamientos responsables, en las que nuestro mejor regalo para familiares y amigos sea evitar de nuestra parte afectarlos en su salud.
La idea es compartir con la misma determinación amorosa pero sin expresiones excesivas y en ambientes sanos, alejados de las aglomeraciones y con bioseguridad.
Si esta fecha siempre tiene ese significado profundo de necesaria fraternidad, en esta ocasión esa idea debe ser más fuerte y clara. La buena convivencia debería ser el comportamiento cotidiano de todos, lejos de negativos sentimientos de odio, rencor, resentimiento y demás emociones que afectan a otros y a nosotros mismos. Como humanidad tenemos la enorme tarea de superar absurdas discriminaciones de clases, etnias, culturas, ideologías, sexualidad y religión, y entender que como seres humanos todos somos dignos de una vida que sea respetada.
Debemos pasar las páginas oscuras y avanzar hacia la claridad. Esa es la invitación que nos hace hoy esta época de Navidad.
Desde Durazno Hoy, te invitamos a disfrutar con responsabilidad, hoy más que nunca, de los pequeños detalles, de los tuyos y de esa brizna de esperanza que desprende cada momento, de cada Navidad.
Daniela Bonaudi, Mauricio López, Jesús Correa.