Echarse las culpas.
Por Carlos Daniel Correa Silvera
Estudió Licenciatura en Comunicación Social
en Universidad Católica del Uruguay
En la publicación de Le Monde Edición para el Cono Sur, Ernesto Calvo escribe sobre el “echarse las culpas” de un lado al otro en el cual se encuentran los diferentes actores políticos.
Da a entender que la respuesta a la crisis desarrollada por el Covid se complica por dos motivos: la dificultad para evaluar la eficacia de las respuestas sanitarias y la polarización política.
En cualquier crisis, ya sea pandémica como financiera, los resultados son sentenciados en cualquier medio de comunicación social inculpando errores desde un lado y resaltando aciertos desde el otro; de cualquier manera, con resultado visto, la ignorancia estará siempre del otro lado.
Pero es muy difícil medir respuestas frente a esta crisis ya que hay que analizar tanto las sanitarias como las económicas en base a medidas actuales, no las que “debieron haber tomado”. Es inverosímil evaluar otra política sanitaria o económica más allá de la que se tomó en su momento.
Por supuesto que ante una crisis como esta, como sucede en otros ámbitos, todos, en especial los políticos, podrían (y comúnmente lo hacen) decir que hubieran hecho las cosas de otra manera para evitar el número de fallecidos, o bajar el costo económico, y cualquier otro comentario que usted habrá leído por ahí. Ahora, este formulado es muy improbable de demonstrar. ¿Porque? Bueno, debido a que solo vemos el efecto que es producido por estas decisiones tomadas por el gobierno de turno, no podemos ver las que la oposición hubiera tomado de haber estado al mando.
Por ese motivo nos vamos a levantar a diario con ambos bandos queriendo demostrar que el otro lado está equivocado, para buscar réditos políticos en el futuro electoral (aunque parezca lejano). En síntesis, cuando el oficialismo elija la economía, la oposición elegirá la salud, y si fuera de otra manera, la decisión sería la misma; optar por el menor de dos males es políticamente costoso.
“Existe poco control sobre las alternativas que tanto los oficialistas como los opositores pueden proponer. En el caso del Covid, sin embargo, las respuestas motivadas por necesidades puramente políticas son problemáticas. Producen consecuencias sanitarias que se miden en cantidad de vidas y trivializan el sufrimiento de los ciudadanos. A veces, los costos humanitarios son suficientes para forjar grandes coaliciones y romper los ciclos del juego político.”
Lamentablemente prefieren lo contrario.
“Cuando los políticos dicen salud, los votantes estornudan”.