Enjoying in springtime

Enjoying in springtime

La naturaleza cumple un ciclo cada año: nace en primavera, alcanza la plena juventud en verano empieza a envejecer en otoño y a morir lentamente en invierno para volver a empezar.

En invierno todo se muere, y lo que no, permanece dormido y todo se queda en silencio hasta que llega la primavera anunciando al sol, y celebrando el haber sobrevivido un año más.

Mañana 22 es  el equinoccio de primavera lo que quiere decir que debido a la inclinación y posición de la tierra, el día y la noche tienen prácticamente la misma longitud, y a partir de ahí, cada día será un poco más largo que el anterior dejando atrás el letargo nocturno del invierno hasta llegar al clímax del verano.

El inicio de primavera es perfecto para sembrar nuevas flores.

En la antigua tradición italiana, las mujeres plantaban semillas en el jardín de Adonis y hoy en día aún se conserva una tradición similar en Sicilia. En la isla, las mujeres plantan semillas de lechuga, lentejas, hinojo o flores en canastas y cuando empiezan a nacer, les ponen listones rojos y las llevan a tumbas el viernes santo como símbolo del triunfo del bien sobre el mal.

En Irán celebran el «Nuevo Día», que marca el inicio de su año y también coincide con el equinoccio de marzo. La celebración se llama nouruz y dura 13 días, que terminan con un picnic en el que tradicionalmente renuncian a la mala suerte del número 13. En esos días la gente también limpia sus casas y renueva su armario.

En Bulgaria la celebración empieza el 1 de marzo, cuando se regalan unos muñequitos de estambre blanco y rojo que se llaman Baba Marta, textualmente «Abuela marzo» y los llevan en la ropa como pasadores hasta el día que salen los primeros retoños. Entonces, en agradecimiento a la naturaleza por florecer, los dejan amarrados sobre los árboles que florecen.

En Rusia, más allá de celebrar el inicio de la nueva estación, festejan el final del invierno y en Suiza conservan una tradición que data del siglo XVI en la que se quema un enorme muñeco de nieve, en ocasiones relleno de fuegos artificiales, para conmemorar la aparición de los primeros capullos.

En Bosnia celebran la llegada de la primavera con el «Festival de los huevos revueltos» ya que el huevo representa un nuevo inicio. En las calles de la ciudad de Zenica se congregan cientos de personas que llegan de diferentes partes para convivir y comer los huevos que se reparten gratis desde enormes ollas.

A China la primavera, o al menos la tradición de celebrarla, llega un poco más tarde siendo el 4 y 5 de abril el Festival Quingming: «día de barrer las tumbas». En este, como lo dice su nombre, las personas comienzan este nuevo ciclo rindiéndole honor a sus antepasados en el cementerio y limpiando las tumbas.

Así que ya saben, tenemos de aquí hasta el 21 de junio que inicia el verano para remover las tierras y poner nuestro abono para lo que queremos ser o hacer. Empezar por limpiar lo que ya no nos sirve, tanto material como espiritual para dar entrada a los nuevos aires que llegan con las nuevas flores del año. Recordando siempre que como dice el Libro del Tao,  «para llegar a ser lo que uno puede ser, hay que dejar de ser lo que se es».