Una pintura es un poema sin palabras.
Y lo lograron. Leo tuvo muchos colaboradores ahora, para pintar de nuevo la pared del viejo local de calle Artiga y Eusebio Piriz.
Fueron varias horas de trabajo, pero un tiempo distinto porque muchos estuvieron allí acompañando, ayudando con el pincel o compartiendo ritmo de tamboril.
Y la esquina volvió a tener vida. Para disfrute de todos.