Cuando dos duraznenses cruzaron volando a Buenos Aires.
Por Carlos Fariello
El 12 de agosto de 1943 dos aviadores civiles locales formados en el Aero Club de Durazno unieron, en un avión liviano, nuestra ciudad con la Argentina.
Avelino Abi Rached, comerciante y Raúl Martínez Fernández, empleado del Registro, habían obtenido sus brevets de pilotos a comienzos de la década de 1940 luego de recibir instrucciones del aviador Nilo Ariel Zerpa, responsables de los cursos en la institución citada.
La empresa fue planificada al detalle hasta que en la mañana del 12 de agosto partieron desde el aeródromo en Santa Bernardina a bordo de un modesto avión Taylocraft de fabricación norteamericana al cual habían identificado con el nombre “Alas de paz”.
Según testimonio de uno de los pilotos, el día se presentó luminoso y con un cielo claro y despejado lo que favoreció la travesía.
Abi Rached y Fernández volaron siguiendo una hoja de ruta más orientados por la brújula y cierta intuición en una época donde el instrumental de la aeronave era mínimo. Pese a ello lograron aterrizar en el aeropuerto de la capital argentina luego de poco más de dos horas de vuelo.
El viaje de regreso lo realizaron en la tarde.
La osadía de los dos duraznenses puso a prueba, incluso, la sapiencia del instructor que formó en esos años a más de treinta pilotos civiles.
Un hecho que hace a la historia de la aviación civil local y que pone de manifiesto cierto espíritu romántico máxime cuando la tecnología era escasa y poco común en este tipo de actividades.
En 1924, los aviadores militares Berisso y el duraznense Mario Walter Parallada habían unido nuestro país con Buenos Aires, aterrizando en el campo militar de El Palomar, luego de cruzar el Rio de la Plata.