Señorita, me comunica por favor?

Por Carlos Fariello

Hubo un tiempo que a pesar de todo fue hermoso.

Un tiempo no alejado de la tecnología existente, tecnología que no era tan invasiva como lo es hoy.

Las comunicaciones telefónicas eran por cables y éstos se ordenaban en puntos de conexión física denominados bornes.

A esos bornes se conectaban los servicios domiciliarios que derivaban de un equipo central en cada ciudad capital.

El tema más complejo era la comunicación a distancia fuera de los límites de la ciudad.

La larga distancia como se le llamaba.

Uno solicitaba el número del servicio con el cual deseaba hablar. Luego, en la central telefónica un equipo conectaba el número solicitado mediante una clavija, por orden de llegada y de acuerdo con el tráfico de llamadas.

Cuando la cantidad de pedidos excedía al de conexiones disponibles se indicaba al cliente el tiempo que debía esperar.

La central de larga distancia era operada y atendida por mujeres que trabajaban por turnos y se llamaban telefonistas.

Antes que los servicios telefónicos tuvieran gestión del Estado eran operados por empresas privadas.

  • Fotografía publicada en Facebook por Julio Icasuriaga