Vivió siempre en contacto con el alma de folklore y con la tierra y sus frutos.

RAUL CON NUMA2

Por Ignacio Salaberry

El Peludo… lo conocí por el amor al folklore, y luego dee charlas en la semillería, lo quise y lo quiero como uno de esos amigos, que tienen gustos semejantes en algo tan particular e importante, como lo es la música. Con eso la complicidad y los pensamientos están de fiesta.
Arrancábamos hablando cuando yo venía a Durazno, de mis actividades en Salta, pasábamos a los Chalchaleros, a Carlos Alberto Rodríguez, seguíamos desmenuzando la actividad cultural de Durazno, nos enojábamos y nos ilusionábamos con todo lo que se podía hacer.
El amor por su folklore lo hizo alejarse del lugar que le habían dado y que varias veces le volvieron a ofrecer, pero él se les negaba siempre, porque esos (o ese) que le ofrecía, había permitido que hablaran mal de él y de su amigo. Pero eso tampoco lo dijo nunca en público, él escuchaba y se alegró, cuando su amigo volvió al lugar donde tenía que estar, él, ya no quiso más, entendió que en su lugar había gente que sabía mucho más del tema (?), y que no lo iban a entender. Un grande.
Se dedicó a su comercio y siguió con sus pensamientos sobre la vida, después de todo, de eso se trata, de vivir de acuerdo a las convicciones y a lo que uno sienta que tiene que hacer.
Discutir, todo el mundo siempre te va a discutir y va a tener la verdad sobre lo que tenés que hacer de tu vida.
Él a eso lo supo desde sus viajes de joven, después, vivió, y vivió siempre en contacto con el alma de folklore y con la tierra y sus frutos.

Hay vacíos que hacen distinto a los lugares, para mí Durazno hoy, pasa a ser una ciudad, que gana belleza en el recuerdo.
Queda lo que uno enseña viviendo, a mí, como compañero de charlas musicales y charlas de la vida, me queda que hay que vivir con pasión por lo que uno quiere.

¡Abrazo Peludo!

Y nos seguiremos viendo a cada rato, porque ya estás, en el recuerdo de Durazno y en mil plantas, árboles y flores, que le dan vida a Durazno.

I.S.S.

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