CHUPETE

Vi un vendedor ambulante pasar cerca de mí vendiendo agua, gaseosa y cerveza, lo detuve y le pedí un agua.

En el momento en que bajó su hielera y la apoyó en el suelo me di cuenta de que había algo diferente atado en la misma, era un chupete para bebé.

En un intento de relajar al muchacho, le pregunté si estaba vendiendo el chupón también, si las ventas están buenas… etc, en ese momento se rió y me explicó el porqué del chupete amarrado allí.

Me dijo que hace unos meses había nacido su hija, Mirella, y que ató el chupete allí para que cuando los hombros dolían por el peso de la hielera, cuando las piernas temblaran, cuando no tuviera donde sentarse o cuando no estuviera logrando vender, él no desanimase.

Él dijo que cada vez que esto sucede, él mira el chupete y recuerda por qué está allí y por quién trabajaba.

Para finalizar me dijo que sale de casa con sólo una cosa en la cabeza:

no vuelve a casa con la derrota, no se conforma con el empate, sólo llega a casa con la ¡Victoria!

Le compré un agua y una gaseosa.

Antes de quejarte de tu vida, recuerda que hay gente con poco dinero en el bolsillo, pero sí mucho corazón.

Los obstáculos solamente están en tu mente.

Si tus sueños y metas son grandes, no habrá nada ni nadie que te detenga.

 

*Autor Víctor Izquierdo.