SILLA VACIA

Del muro de Oscar Daniel Arriola

Seguro alguien ya se fue… Un niño tal vez, un joven, un adulto un anciano. ya no está entre nosotros…

Algunos después de años de luchas, sacrificio, amor de la familia y amigos por vivir.

Pero a algunos les parece que nunca tendrán una discapacidad, o un pariente. Y claro ojalá no la tuvieran. Los hechos me indican que no es tan así.

Estamos todos involucrados en esta noble tarea de ayudar a qué las personas que tienen una discapacidad vivan mejor y se sientan iguales al resto como debe ser.

Simplemente que, en tiempos de tanta política, promesas, euforias, discursos, creo necesario elevar una voz de reclamo, con respeto, a esa clase política paga por el pueblo para que actúen, trabajen en su favor. Y dejemos de aplaudirlos porque lo que hacen es con dineros tuyos y míos, es su obligación, su tarea.

Y si no hay un poquito de sentimiento por aquellos vulnerables, la mayoría simplemente víctimas de ciertas injusticias que hay en la vida, enfermedades incurables, “cerrá y vamos”.

Se que hay instituciones, ONG, ADID en Durazno, estuvo FRIDLA dando una gran mano, que con gran sacrificio y amor de verdad encaran con seriedad está situación que involucra a las familias del discapacitado también. Se que hay hombres y mujeres de nobles sentimientos que estarán siempre presentes para dar una mano abierta franca.

Pero se necesitan proyectos, en serio, hay una ley 18651 que hay que hacer cumplir.

Y quiera Dios las próximas sillas vacías sean porque alguien se recuperó, salió adelante, gracias al apoyo, contención de todos. Pueblo y gobierno. Hoy los políticos tienen la palabra, nosotros muchos vamos a contribuir, pero en serio no de boquilla.