Todos necesitamos de alguien…

Del muro de Sofía Olivera
Se estaba ahogando Y nadie se había dado cuenta… Nadie, excepto ella.
Era junio de 2022, en el Campeonato Mundial de Budapest.
Anita Álvarez, nadadora artística estadounidense con raíces mexicanas, estaba dando una presentación impecable.
Pero al terminar su rutina… no salió a la superficie.
Había perdido el conocimiento.
Su cuerpo flotó unos segundos… y luego comenzó a hundirse.
Lentamente. Hasta el fondo de la alberca.
El público no notó nada. Los jueces tampoco. Todos aplaudían.
Pero su entrenadora, Andrea Fuentes, sí se dio cuenta.
Ella la conocía. Sabía cuánto tardaba en salir.
Sintió en el pecho que algo no andaba bien. Y sin pensarlo dos veces… se lanzó. Vestida. Con tenis. Con todo.
Nadó hasta el fondo. La tomó por la cintura y la llevó a la superficie.
Le salvó la vida.
Y esta historia me dejó pensando…
¿Quién te conoce tanto como para notar que ya no estás bien, aunque tú sigas sonriendo?
¿Quién se lanzaría por ti sin pensarlo, cuando ya no tienes fuerzas para salir a flote?
Y sobre todo…
¿Tú serías esa persona para alguien más?
¿Estás tan presente en la vida de quienes amas, que podrías detectar el momento exacto en el que empiezan a hundirse?
¿O te quedas en las gradas aplaudiendo, sin darte cuenta de que por dentro se están apagando?
En esta vida, todos necesitamos a alguien que no solo nos vea…
sino que nos observe.
Que sepa cuándo estamos a punto de rendirnos.
Y que tenga el valor de saltar para rescatarnos.
—Susana Rangel