“Conocerá en mi mirada que vengo d’ende muy lejos. / Por el estado del caballo no, porque no galopeo. / Galopié mucho una vez… y llegué tarde lo mesmo”, dicen los versos de “El forastero”. Con su tono de voz grave y su guitarreo acompañando la proseada, Osiris Rodríguez Castillos se impuso como uno de los principales exponentes del folclorismo, aunque el paisanaje mirara desconfiado mientras sus personajes aflojaban cinchas, prendían el cabresto y se quedaban bombiando cavilosos, y siempre en silencio, custodiados por sus chambergos.

Redescubriendo el cielito, un género que casi había caído en desuso, Osiris desplegó un abanico de composiciones monumentales, interpretadas entre otros por Alfredo Zitarrosa (“De Corrales a Tranqueras”, “Décimas a Jacinto Luna”), Amalia de la Vega (“Como yo lo siento”), Eduardo Falú (“Cielo de los tupamaros”) y Jorge Cafrune (“Camino de los quileros”, que también cantó, pero no grabó, Joan Manuel Serrat).Con el tiempo se transformó en uno de los pilares centrales del cancionero folclórico uruguayo, y alternó labores de poeta, escritor, investigador, compositor, cantante, instrumentista y luthier.

Decía conversando con un Periodista:  “Toda mi escuela es asombrarme: ver las cosas por primera vez. Yo podría verlas cien veces y cada vez podría escribir sobre ellas algo distinto. Creo que he encontrado la manera de hacerlo defendiendo al gurí que llevo adentro. Un gurí que quedó siempre en las orillas del Yi, donde me crié. Trabajé en la ciudad y en el campo. He vagado por toda mi tierra y por la Argentina, y por Rio Grande do Sul. No sé cuántas veces atravesé con mi caballo la frontera norte, ni cuántas veces crucé en canoa el delta del Paraná. Mi principal oficio ha sido presenciar la vida. Me gusta el mundo, es algo que se está haciendo todos los días”.

El 10 de octubre se cumplirán 22 años de su muerte.

El propio Borges definía a Osiris como uno de los poetas criollos  más perfectos.

Aunque no recibió muchos reconocimientos en Durazno, recordamos que en la programación de los festejos de Octubre 1996, figuraba la actuación de Osiris, que no pudo concretarse por fallecer dos días antes.

En el Parque de la Hispanidad un Busto de Juan Morra, es un homenaje perenne.