Primer vuelo a la Antártida
El piloto Daniel Puyol, colaborador de Durazno Hoy, nos recuerda en Facebook:
“Hoy se cumplen 36 años de la llegada del Uruguay a la Antártida, una misión que incluyó una preparación nunca antes vista y hasta un desarrollo técnico a cargo de nuestros hombres y mujeres del área de mantenimiento, que se puede calificar de excepcional. Un ejemplo de lo que los uruguayos somos capaces de hacer cuando no nos dedicamos a pelearnos entre nosotros.”
Por su parte, así lo narra al final de una extensa reseña el Tte. Cnel. Av. Eduardo Aguirre, integrante de la tripulación:
“Nos acercamos y los minutos pasan cada vez más lentos, en forma directa nos colocamos en la radial de acercamiento y entramos en la aproximación final, las nubes comienzan a quebrarse a los 500 pies de radio altímetro, que sube y baja cada vez que pasa por encima de los grandes témpanos. Luego vemos el reflejo de la luz en blanco y azul sobre esos grandes trozos de hielo flotantes de diferente tamaño que aparecen en el mar. Pese a la tensión del momento, igual todos aprovechamos para tomar fotos de la aproximación y de la isla que se acerca entre nubes. Ahora debajo nuestro solo pequeños témpanos y un mar grueso, encrespado y de color azul grisáceo. Los pingüinos parados sobre los hielos flotantes parecen levantar la cabeza para mirarnos pasar.
Estamos llegando. Entre los jirones de nubes cargadas de nieve que se pega y corre sobre el parabrisas, aparece una mancha de forma rectangular de color marrón, marcada adelante por el parpadeo de las luces estroboscópicas, grandes paneles de color naranja indican la cabecera. Está colocada arriba de una barranca de unos 30 metros que cae a plomo sobre el mar.
¡ Pista a la vista !. – Pallas que venía “metido dentro del Director de Vuelo” realizando la aproximación, levanta la vista y confirma, – “Pista a la vista”. -“Terminado el control para aterrizar“- avisa el ingeniero de vuelo. –”Velocidades de aterrizaje: 110 y 85”.
Alguien comenta – “Pero… parece un portaaviones”.
Nos preparamos para aterrizar, el viento es de los 080º de 20 a 25 nudos, descendemos más y cruzamos rozando el acantilado y el radio altímetro sube de un salto mostrando la altura, ahí mismo empieza está la cabecera, cortamos todo y el avión toca el suelo rugoso de la pista de piedra compactada.
– ¡Frenos y paso de hélice a cero grado! ¡Flaps subiendo a 16 y 1/2!… La carrera de aterrizaje es corta, solamente unos 400 mts. El avión se detiene.
¡Uruguay ha llegado a la Antártida!
Son las 19.35 del 28 de enero de 1984.”
Tripulantes: Tte. Cnel. Av. Eduardo Aguirre, Tte. Cnel. Av. Jorge Mendez, May. Av. Roberto Pallas, Sgto. AT Arol Sanchez, Sgto. AT. Antonio Ferrari