Lita junto a integrantes de ADID y de la Asociación Duraznense de Prensa.

Aquella mujer, de pequeña estatura, que veíamos andar de aquí para allá por las calles duraznenses, encerraba una grandeza incomparable.

Interrelacionándose continuamente con las personas que tenía a su alrededor en vez de centrarse solo en ella y en su pequeño mundo, Lita  aprendió a meterse en los zapatos del familiar, amigo o compañero, para percibir las necesidades que tienen, para poder ayudar en la medida de sus posibilidades.

Algunas veces sus actos eran visibles, pero en muchas ocasiones los beneficiarios no se daban cuenta quien les había  brindado esa ayuda. Es ahí cuando empieza  a vivir la virtud del servicio que acrecienta otras virtudes como la humildad, la prudencia, la dulzura, la paciencia, la caridad…

Los tiempos actuales, nos hacen vivir con rapidez, estresados, pensando en todo lo que tenemos que hacer a lo largo del día, encerrándonos en nuestro pequeño mundo que no nos deja ver más allá de nuestras necesidades y deseos, sin poder ver lo que sucede a nuestro alrededor y sin voluntad de hacerlo. Viviendo hacia dentro nos hace más egoístas; cediendo el paso, en ocasiones, a estados de soledad, de tristeza, incluso de depresión. Esta actitud nos encierra más en la materia dejando el espíritu sin opción de manifestarse, dando la posibilidad de ir endureciendo poco a poco el corazón. Por eso es casa vez más escasa la posibilidad de encontrarnos con seres que no escatimen tiempo y esfuerzo por sus semejantes.

Teresa de Calcuta decía: “El que no vive para servir, no sirve para vivir.” Lita comprendió esto desde hace mucho tiempo y dedicó gran parte de su vida y sus mejores años, a servir.

Le vimos por ejemplo entregarse entera a la Asociación de Impedidos Duraznenses, la que en alguna circunstancia se mantuvo viva gracias a su generosidad. Recorrió las calles de Durazno, visitó comercios, golpeó puertas, sin mostrar cansancio, siempre con una sonrisa a flor de labios.

Seguramente ese espacio tan particular de la sede de ADID, sentirá la ausencia de Lita Tierno, y Durazno todo, porque pierde un modelo de ser humano, comprometido con el ideal de servicio al prójimo.