El paciente reumatológico debe ubicarse en el centro de la escena para su mejor tratamiento

En los últimos 30 años se han producido cambios acelerados en las posibilidades de tratamientos de los pacientes con Artritis Reumatoidea. De las formas más básicas como las sales de oro a los tratamientos biológicos, pasando ahora al objetivo de tratamiento para el manejo óptimo del paciente. El paciente adquiere cada vez más un rol preponderante en todo el proceso de detección temprana y atención oportuna.

Actualmente los tratamientos para la Artritis Reumatoidea llegaron al “gold standard”, término en inglés para referirse a un hito de calidad aplicado a la medicina, por lo que se habla de un cambio en el paradigma.

Para el tratamiento de la Artritis Reumatoidea se dispone hoy en día de los agentes biológicos, que son moléculas proteicas complejas de gran peso y producidas con células vivas, y ahora se apunta hacia nuevos medicamentos, que son más sencillos y orales, y son moléculas pequeñas.

La Artritis Reumatoidea se caracteriza por provocar inflamación crónica principalmente de las articulaciones, que produce destrucción progresiva con distintos grados de deformidad e incapacidad funcional.

El Dr. Miguel Albanese, tesorero de Liga Panamericana de Asociaciones de Reumatología (Panlar), afirma que la Artritis Reumatoidea es una de las patologías que más cambios ha tenido en cuanto al abordaje en la reumatología, y también para los médicos de atención primaria. Además, de ser la segunda causa de retiro anticipado de la vida laboral, antes de los 50 años.

“Existe un cambio en el paradigma, ya que las necesidades más importantes en relación con la Artritis Reumatoidea son la detección temprana y la atención oportuna, la atención integral por parte de un equipo multidisciplinario atendiendo las necesidades clínicas, psicológicas, emocionales y de rehabilitación”.

Destacó la importancia que tienen las organizaciones de pacientes como referentes en la toma de decisiones en políticas públicas y en la educación y empoderamiento de los pacientes; así como también la garantía en la defensa de los derechos, especialmente de los colectivos más vulnerables.

Al tratarse de una enfermedad autoinmune, el propio sistema inmunológico del cuerpo “ataca” el revestimiento que rodea a las articulaciones provocando una inflamación crónica, así como dolor, hinchazón, rigidez y pérdida de función hasta llegar a la discapacidad.

A pesar de que la Artritis Reumatoidea puede comenzar en cualquier articulación, suele aparecer “atacando” las articulaciones más pequeñas como la de las manos, las muñecas y los pies, sostuvo Albanese.

En relación con los avances más importantes para mejorar la calidad de vida de los pacientes, Albanese sostiene que “poco sirven los avances científicos, si no sabemos ni estamos cerca del paciente. Debemos saber cómo funciona su rutina diaria. Es importante trabajar el concepto que un diagnóstico temprano, con un tratamiento temprano, llevará de manera más rápida a alcanzar un objetivo”.

Albanese recordó que en el último encuentro de los líderes de las organizaciones de pacientes con enfermedades reumáticas que se realizó en Quito, se elaboró el “Manifiesto panamericano de necesidades de atención de los pacientes con enfermedades reumáticas”.

El documento consolida las demandas y sugerencias de los pacientes para implementar políticas públicas exitosas que promuevan un mejor acceso a tratamientos terapéuticos, cumplimiento de sus derechos y que les permita ser parte activa de la toma de decisiones

Ana Acosta, presidente del grupo de pacientes Clamar, resalta que se apuesta a la generación de alianzas con las sociedades científicas, academia y entes gubernamentales para mejorar la calidad de la atención de las personas que padecen estas condiciones en América. “El Manifiesto nos da la posibilidad de trabajar colaborativamente hacia los objetivos comunes de un diagnóstico temprano y una atención integral y lograr que nadie llegue a una discapacidad por una enfermedad reumática”.

Manifestaciones de la enfermedad y tratamiento

La Artritis Reumatoidea se manifiesta por dolor articular, hinchazón en las articulaciones tanto en manos como en pies durante la mañana. Afecta también en rodillas, codos y otras articulaciones.

Además, se presenta una sensación de debilidad generalizada y fatiga, en menor frecuencia puede provocar fiebre. La rigidez mejora con el movimiento y con la actividad física, pero empeora con el reposo prolongado. También se puede presentar anemia.

En relación con el tratamiento, depende de cada caso en particular y de varios agentes, así como de la corrección de factores desencadenantes o de agravación del padecimiento: sobrepeso, vicios de postura, asimetría de miembros inferiores, etc.

Se debe promover la actividad física, teniendo cuidado de no dañar estructuras anatómicas y aplicando una carga articular que vaya en aumento paulatino, de acuerdo con el momento y a la contextura física de cada persona. El ejercicio debe ser suave, sin provocar dolor, manteniendo el movimiento articular.