Chichito, un uruguayo en la era del “swing”.

En la fotografía se observa, de izquierda a derecha: Oscar Alemán, Ramón Caravaca, Manuel Gavinovich, Ceferino Albuquerque, Luis Gavinovich, y Guillermo Barbieri.

por Carlos Fariello

La música de un piano se escuchaba a través de una de las ventanas abiertas del Club Uruguay, en Durazno.

Era una noche de verano, y el swing inundaba la sala donde algunos parroquianos de la cantina del club y otros amigos, rodeaban un viejo Steinway de media cola. Sentado al mismo se veía la imagen de un hombre de aspecto jovial, el hacedor de aquella maravillosa música. Esta era la imagen que guardé de niño en mi memoria.

Muchos años después, diciembre de 1986, compartí con él una mesa de café en el Sorocabana duraznense, allí conversamos sobre su biografía y su música, la de Ceferino “Chichito” Alburquerque, uno de los pianistas de jazz que acompañó durante varios años al famoso guitarrista argentino Oscar Alemán.

Ceferino Alburquerque Sierra había nacido en Durazno en 1917. Pianista con una reconocida trayectoria internacional, realizó actuaciones en treinta y dos países.

“Fue mi madre la que me hizo arrimar al piano en casa y comenzar a conocerlo y estudiarlo”, nos decía al referirse a sus inicios, al comienzo de la charla.

A los cinco años de edad hace su primera actuación en la vieja radio CW25 Durazno, creada y dirigida por el violinista Raúl H. Evangelisti.

Músico precoz e interesado por el aprendizaje del instrumento, a los 14 años ya era profesor de piano y solfeo, había estudiado con una profesora del afamado Conservatorio “Kolischer”, y “tocábamos con un grupo de amigos en el Cine Artigas, de los Navatta, de la ciudad de Durazno acompañando las películas mudas.

En un principio alternaba su pasión por los clásicos con los primeros tangos que fue escuchando y luego interpretando. En 1933 se marchó a Montevideo a estudiar abogacía, pero abandonó pronto sus estudios.

En la capital, volvió a escuchar la música de jazz que había descubierto por la radio en su Durazno natal, esta vez con la ayuda de un coleccionista de discos que lo orientó en el tema.

Mientras, en el Río de la Plata ya comenzaba a sonar el ritmo sincopado1. Inició formalmente su carrera musical siendo estudiante, en una orquesta universitaria, en Montevideo, que se llamó “The University Syncopators”. Con esa orquesta tocaron en la inauguración del Hotel Miramar en el año 1935.

En referencia a los pianistas que admiró fueron Teddy Wilson y Art Tatum,

“En Montevideo fui arrimándome a diferentes orquestas con las cuales actuaba entre semana, y también en ocasión de bailes” por ejemplo, la de Emérito Sheppard, junto al saxofonista norteamericano Booker Pittman. También con la orquesta de Lalo Etchegoncelay y con la del trombonista Dalmiro González.

“En ese entonces había lugares como el Hotel Carrasco, el Parque Hotel, y otros donde era frecuente tocar a la noche y en los mediodías, y también en las fiestas de fin de año y carnaval”.

 

Buenos Aires, la boite “Gong” y Oscar Alemán

 Actuando en Punta del Este, en el verano de 1944, un director extranjero que trabajaba en la boite “Gong” de Buenos Aires lo invita a viajar a la capital porteña donde toca durante un año en ese reducto de la noche, en la calle Córdoba.

En 1945 conoce allí al guitarrista Oscar Alemán quien tendría una influencia clave en su carrera musical ya que lo incorporó en 1945 inmediatamente a su quinteto para pasar luego a las orquestas de Luis Rolero, Roger Santander, Dan D´Angelo, Ray Gregory, Ray Nolan y otros.

El mencionado quinteto del guitarrista argentino tuvo varias integraciones en las cuales, casi siempre se variaba de pianista, una de las formaciones del mismo estuvo integrada por Manuel Gavinovich (violín), Ramón Caravaca (batería), Guillermo Barbieri (guitarra), Luis Gavinovich (contrabajo) y Ceferino Alburquerque (Chichito) en el piano.

1 A mediados de la década de 1920 el jazz comienza a difundirse en el Río de la Plata a través de las orquestas de tango que en muchos casos incorporan a su repertorio temas de jazz. Muchas agrupaciones aparecerán caracterizadas como de “típica y jazz”, aunque muchas veces no interpretaran precisamente ese género. El fenómeno que se diera en Buenos Aires primero, pronto se trasladó a la otra orilla, la nuestra, y así fue como muchos músicos se definieron por abrazar el género nacido en New Orleans.

 

Según Alburquerque, “en el año 1951 contraje matrimonio, y no pude conciliar la vida de casado con las actuaciones y largos días de gira con la orquesta” y este fue el motivo principal de su alejamiento del grupo de Alemán. Entre ese año y hasta 1955 se mantiene alejado de los escenarios.

Con Oscar Alemán “viajé por Portugal, Francia, Suiza, España, Alemania, Bélgica, y luego como solista toda América del Sur y Central. En ese entonces vivía en Buenos Aires”.

 

Oscar, hijo de padre oriental
Oscar Alemán, argentino hijo de Jorge Alemán Moreira, un guitarrista uruguayo,
fue uno de los más grandes guitarristas de swing del mundo, y el más importante
en toda América. Se inició tocando la guitarra en un conjunto familiar.
Pisa Buenos Aires por primera vez en 1919, y en los años siguientes, junto a un
hermano, actúan en varias ciudades del Brasil.
En 1925, forma trío con el violinista Elvino Vardaro, incursiona como autor de
tangos junto a Agustín Magaldi, con quien graba un tema y actúa junto a figuras
como Carlos Gardel y Enrique Santos Discépolo. Graba con RCA Víctor música
brasileña, fox trots, valses y tangos.
En 1929, viaja a Europa donde tiene gran éxito, y en 1938 actúa en París, junto
a la famosa Joséphine Baker, En 1940, con la guerra ya iniciada, regresa a la
Argentina.
Alburquerque integra el grupo del guitarrista argentino entre 1945 y 1951, y luego
entre 1963 y 1964, y se destaca también en este género dentro de la música de
jazz, en especial en el swing que ya tenía mucha influencia, entre otros estilos
del jazz a través de las composiciones de otro guitarrista como lo fue Django
Reinhardt.
En el disco volumen uno de Swing Guitar Masterpieces, de Oscar Alemán, que
recoge grabaciones realizadas entre los años 1938 a 1957, Alburquerque
acompaña en piano los siguientes temas del quinteto: I never knew; Caminos
cruzados; Limehouse Blues; Scartunas; You made me love you; Cherokee; Stardust, y Honeysuckle Rose.

 

Realizó varias grabaciones con el mencionado músico argentino, editadas en disco en los Estados Unidos y difundidas luego por toda América.

Luego de esos primeros años con la orquesta de Alemán, la abandona y pasa entre los años 1951 y 1955 sin tocar.

En 1956 queda al frente de la orquesta de Pocho Gatti, cuando éste se va a Italia como director musical de la RAI. En esa orquesta tiene entre los importantes músicos del momento al saxofonista Gato Barbieri.

En Buenos Aires, además se integró a diferentes orquestas que tocaban jazz y música bailable2 como la dirigida por el contrabajista Juan “Tito” Colom (que utilizaba el nombre artístico de Ray Nolan); la dirigida e integrada por el trompetista Rogelio Santander (Roy Santander), y la agrupación del pianista Luis Rolero que la dirigía, dejando el piano a cargo de Chichito.

De esa época, entre fines de los 50 y la década siguiente se le ve integrando orquestas que amenizaban en confiterías, locales bailables y boites, y se presentaban en varias emisoras de radio en vivo. Con algunas de las orquestas nombradas también actuó en Montevideo.

“En 1957 me voy a la Republica Dominicana, aunque allí había una dictadura, la de Trujillo, en los hoteles regenteados por los americanos había mucha actividad” y actúa además en Puerto Rico, realiza una gira por otros países del Caribe, llegando finalmente a Miami.

En 1963 vuelve a integrarla orquesta de Oscar Alemán y se incorpora a la gira que el guitarrista hace por Europa, retornando a Buenos Aires en 1964.

2 Ken Hamilton, La Jazz Casino, Los Hawaian Serenaders, Esteban y la Savoy Jazz, Casablanca, René Cóspito, Eduardo Armani, Osvaldo Norton, La Santa Anita Band, Oscar Alemán y su conjunto, Los Bambucos, Héctor Lagnafietta, Barry Moral, Santa Paula Serenaders, Héctor y su Jazz, Eugenio Nóbile y su Panamericana, Varela-Varelita, son los nombres de las orquestas de música jazz y bailable que más resonancia tuvieron en esa época.

 

Un pianista con un fino sentido del swing

 Ceferino Alburquerque pertenece a una generación de notables pianistas uruguayos, de formación académica que se destacaron además en diversos géneros de la música popular como el jazz, entre otros intérpretes de ese grupo cabe citar a Washington Quintas Moreno (del recordado trío Tres para el Jazz junto a Julio Cuccurullo y Santiago Luz), Lalo Etchegoncelay, Manolo Guardia y Luis Pasquet.

Fue animador de veladas musicales, entre amigos de su Durazno natal cada vez que visitaba esa ciudad, llevadas a cabo en el local del Club Uruguay (hoy Museo-Casa de Rivera) y en reuniones en casas particulares.

En la recordada revista “Mundo Uruguayo”, y en un artículo sin firma, aparece esta frase que lo define como “un pianista con un fino sentido del swing”, además de haber transitado, como los de su generación por otras series de estilos.

En el tango también se destacó como arreglador y compositor de varias páginas que no son muy conocidas aún.

Retorno y final

 Vuelve al Uruguay en 1975, y vuelve a tocar el piano en La Taberna de Chiche, en calle San José casi Yí, en Montevideo, amenizando el restorán con sus inolvidables melodías entre los años 1985 y 1989.

Una de sus últimas actuaciones fue en 1989, cuando participa del Primer Ciclo de Jazz en el Teatro Carlos Brussa, Montevideo. En ese ciclo participan además el Quinteto Nueva Peña integrado por Nelson Varela (saxos alto y tenor), Héctor Casal (guitarra eléctrica), Víctor Rodríguez (contrabajo), José Pazos (batería) y Juan Carlos Rodríguez (trombón y dirección).

Muere en Montevideo el 26 de noviembre de 1992