Tener a un equipo participando de las competencias oficiales de nuestro futbol, en las distintas categorías, es sinónimo de trabajo directriz, horas dedicadas a la Institución antes que a sí mismos.

Pero indudablemente eso no es atenuante para la mano destructora de algunos que como no es el trabajo precisamente lo que practican, se encargan de deshacer lo que otros hacen.

Desde el Club Central se indicaba este sábado: “Otra vez el ataque los vestuarios de nuestro Club, los mismos que ocupan la cañada y molestan a los vecinos que transitan por calle Artigas. Debemos valorar la rápida intervención de la Seccional 13 que siempre acude cuando los llamamos. Esta vez fueron 13 pelotas y el destrozo.”

Vestuarios, baños, ventanas, paredes fueron blanco de la insania de quienes no son tan anónimos. Y no es la primera vez.

Hasta cuándo?