El recordado árbitro de fútbol uruguayo Ramon Barreto, antes de un clásico de los 70, que venía muy picado de antemano, cuando se fue a hacer el sorteo rompió la amarilla delante de los dos capitanes diciendo: “¿Hoy sólo tengo la roja, tamos”?

Y este casal de horneros sin conocer aquella historia, hicieron su vivienda tapando con ella el amarillo de un semáforo.

Seguramente no demorarán en obligarlos a mudarse.

Mientras tanto, los conductores aminoran la ansiedad del cruce, donde solo rige el pestañeo de la roja o la verde.