Celestina Andrade, nació en Durazno en el paraje de Tejera, el día 14 de enero de 1934.

Hija de Doña Elida Rodríguez y Don Homero Andrade, madre de 4 hijos (Ana Isabel, Jorge, Carlos Federico y Mariano) y 7 nietos.

Poeta de importante labor ha canalizado su sensibilidad literaria hacia los niños con los que logra una inusual comunicación.

Una intensa vida de trabajo rural con los menesteres de la crianza de muchos niños (no sólo sus hijos), hicieron de Celestina una mujer en la que la sensibilidad no va en desmedro del coraje y un acendrado amor a su comarca y a los hombres que la habitan.

Premiada nacional e internacionalmente en varias oportunidades.

De sus obras destacamos: “Margaritas del campo” (1969), “Pitangas (1980), “Arenas del Yí” (1985), “En las alas de un sueño” (1987), “Camalotes de mi río” (1990), “Pájaros del Alba” (, 1994), “Desde la raiz” e “Historia del pago” (1997), “Navegando con Nico” (1998), “Pescando sueños” (2000), “Ventanitas de luz” (2002), “Pago y querencia” (2003), “Tiempos de siembra” (2005), “El libro que hubieras deseado leer” (2009), “Un canto a la vida” (2014).

Su poesía ha sido musicalizada por la Profesora Susana Agresta, por Carlos Benavides (“El día que florezcan las violetas”, “Romance a Durazno”, “Mi río”, “Canción a Dionisio Díaz”), Julio Mora (“A Don Claro Verdún” y “Romance a Luis Cuñambuy”), Los Vidalín (“Mi río”), Caiporá (“Cosechando pitangas”, “Hombre libre”, “Si deje de soñar”, “El sol y la luna”, “Agüita del durazno”).

Integra la Asociación Uruguaya de Literatura Infantil, participando en numerosos cursos de narradores.

La poetiza Silvia Puentes de Oyenard escribió “Su poesía se alza corazón adentro, donde quema más y da más lumbre. Escribe con alma, con luna, con latido, desde el caracoleo de la sangre, solo así pudo volverse luz”.

Charlar con ella, en su casa, donde el aroma a dulces caseros que prepara con maestría se confunde con el de las flores de su jardín, es sumergirnos en un mundo donde la poesía se siente a flor de piel.

Su espíritu creativo no se detiene y seguramente en cualquier momento nos sorprenderá con otra obra.