Se cumple hoy un nuevo aniversario del nacimiento del Dr. Miguel C. Rubino, duraznense pródigo de trascendencia internacional.
El Maestro Disman Anchieri en Facebook señalaba al respecto:
“Ante un nuevo aniversario del nacimiento de MIGUEL C. RUBINO, recordamos con admiración siempre vigente, algunos datos de su vida y obra:
En un extremo de la primitiva villa del Durazno, al sur oeste, en un bajo cercano a la vía y a calle Sarandí, (hoy Oribe) en el inicio de la antigua calle Paysandú (hoy Rubino) vivía la familia de Don José y Francisca, italianos que llegaron como tantos, buscando bienestar. Allí nacieron sus hijos y allí trabajaron de sol a sol, poniendo en cada obra sus brazos fuertes y su corazón, seguros de que el trabajo se convertiría en pan. En ese hogar, tan italiano y a la vez tan nuestro, nació un 12 de diciembre de 1886, Miguel, hijo de Don José Rubino y de Doña Francisca Carroccia. Criatura que estaría predestinada a ser por su propio esfuerzo, por su férrea voluntad y contracción al trabajo, un gran benefactor de la humanidad, un científico, un sabio excepcional, orgullo de aquellos padres y de toda su comunidad. Un vecino de Durazno de prestigio universal.”
Agreguemos que Miguel C. Rubino fue un médico veterinario  destacado por su lucha contra la fiebre aftosa del ganado. Fue reconocido en Europa por sus trabajos en el diagnóstico precoz de la lepra.
Su laboratorio, ubicado sobre la calle que lleva su nombre, duerme olvidado por la ingratitud de quienes muchas veces no recuerdan como deben a sus hijos más ilustres.