El hermano menor que hay que cuidar.

Se ha hecho viral en las últimas horas en las redes sociales el relato del reconocido humorista de Paraná, Entre Ríos,  Ricardo Leguizamo ante las declaraciones de autoridades de su país señalando a Uruguay como “el hermano menor que hay que cuidar”.

“La secuencia es así: 24 de enero del 23, siesta entrerriana, 40 grados en Paraná. Prendo el aire acondicionado, aun sabiendo que me van a obturar con la factura, me tiro en la cama y se corta la luz… La pmqlp#

No hay luz dentro de la casa y tampoco afuera, la farola de la calle está sin funcionar hace más de un mes.

Salgo al patio más caliente que Shakira con Gerard y comienzo a escribir con mi vieja notebook, hasta que la batería aguante.

Le pregunté a mi amigo que vive en Suiza, ¿cuál era la diferencia entre un país del primer mundo y nosotros? Me contestó: “…viste ese ruidito piiiip cuando vuelve la luz después de un corte en Argentina, acá no se escucha nunca, porque no se corta”. ¡Noooo!

Me disponía a escribir sobre las consecuencias de naturalizar todo lo que está mal, cuando escucho en mi vieja radio a pila, la voz de nuestro ministro de economía diciendo: “Uruguay es nuestro hermano menor y tenemos que cuidarlo”. Primero pensé que era una imitación del genial Tarico, pero después dije, Ariel es demasiado inteligente para decir esa boludez.

Una vez que comprobé que los dichos eran del auténtico Massita, me vi en la obligación de cambiar de tema, intentando pedir disculpas a mis queridos hermanos.

Espero sepan entender que el panqueque no está bien. No hace falta ser psiquiatra para saber que hace tiempo sufre un trastorno importante. Él se cree champiñón, pero es un perejil.

Estoy seguro que no sabe que, para cambiar las cubiertas del auto, muchos argentinos tienen que cruzar al Uruguay, no solo porque en Argentina valen el doble, sino porque hay rodados que no se consiguen.

No tiene ni idea que miles de argentinos se fueron a vivir, según él, con el hermano menor y ya cruzaron el charco, desde el ferretero de mi barrio hasta el dueño de Mercado Libre, cansados de tanto cambalache y atropello a la razón.

No voy a pedir disculpas en nombre del pueblo argentino porque yo soy nadie, apenas un actor de circo sin maquillaje.

Pido disculpas en mi nombre y por vergüenza ajena.

Ojalá sepan entender que son expresiones de un panqueque al que nadie eligió y como aquí todavía se discute quién gobierna, le dieron el cargo de presidente interino de Narnia.

Quiero aclararle a los chicos del Pro, que no se confundan, no vayan a pensar que con esta carta estoy apoyando al inútil del ex ministro Dujovne.

Solo pretendo en pocas líneas, contarle a mi familia uruguaya que siempre los extrañamos y más de una vez nos aparece la imagen de ustedes con el mate bajo el brazo.

El que los ninguneó confunde las LLAMADAS con las PASO, piensa que Canelones es un departamento donde cocinan pastas, que el postre se come en Durazno, usa perfume francés y poco sabe de Colonia.

El panquequito está tan mal que piensa que nosotros tenemos que cuidarlos a ustedes… ¡Nosotros! ¡Que no podemos organizar ni el recibimiento a los campeones del mundo y no sabemos cómo llegar a fin de año! Me siento como Jaime Ross… diciendo “…Parece mentira las cosas que veo” …

Si Obdulio Varela viviera, le diría a Massita: “los de afuera son de palo”.

Aunque soy de afuera, esta vez me meto, me meto porque me siento uno de ustedes y por suerte, nuestra hermandad es tan grande que hasta Messi pasa las navidades con Luisito Suarez.

Espero verlos pronto, escuchar el trueno de un tambor y mirar la cara del murguista que baja del camión.

Por acá todo sigue igual, la vida como siempre dura, la calle como siempre oscura.

Los abrazo y brindo por Pierrot, siempre a solas con su corazón”.

Ricardo Leguízamo.