Víctor y su hijo Nico.

Todos estuvimos pendientes de las trasmisiones de los partidos del Campeonato del Mundo Sub 20, al punto tal, que la calles quedaron vacías mientras Uruguay jugaba.

Y en ese mundo tan especial que conocemos desde nuestra juventud, donde el periodista cuenta, pinta, describe, sueña, sufre y disfruta, estuvo Víctor Rodríguez, con la misma humildad que cubrió varios torneos mundiales de mayores.

Tuve la suerte de estar con CX 8 Radio Sarandí cuando Uruguay fue campeón del Mundialito del 80, por eso me imagino lo que debe haber sentido el colega y amigo coterráneo, que, con enorme esfuerzo, como siempre, cubrió las instancias fundamentales del torneo.

Con él, de alguna manera, desde la distancia, estuvimos todos los que abrazamos esta profesión, conscientes de que si alguien se merecía estar allí era él.

Es la coronación a un trabajo serio, persistente, venciendo todas las dificultades, pero logrado por ser tan creíble como meritorio.

Víctor volverá a sus pagos con la satisfacción del deber cumplido y el corazón palpitando al máximo por instancias únicas, casi irrepetibles, que, además compartió con su hijo Nico.

Gracias por dignificar la tarea para orgullo de todos los comunicadores duraznenses.