Todo viene a ser parte del mismo guión

El origen del culto a los difuntos viene de muy atrás, podíamos decir que es tan antiguo como la aparición del hombre sobre la tierra, llegando a ser en algunos pueblos, como el egipcio, el núcleo central de su cultura

Vivimos inmersos en “el presentismo”. No queremos saber nada del pasado ni del futuro, lo que nos importa es poder disfrutar el momento fugaz, que la muerte puede arrebatarnos en cualquier momento, según vino a recordarnos la pandemia del coronavirus.

La muerte, según Heidegger, representa la última de nuestras posibilidades humanas, pero una posibilidad tan cierta que nadie puede eludir. “Mors certa, hora incerta” decían los antiguos. Por esta razón la muerte en nuestra cultura es vista como un elemento perturbador que nos intranquiliza y tratamos como sea de librarnos de ella ocultándola, no pensando en ella, haciendo como si no existiera, como el niño que cree que cerrando los ojos el peligro desaparece.

Nada más nacer hemos emprendido la marcha hacia la muerte y cualquier edad es buena para que este acontecimiento se produzca, porque en realidad la muerte viene a ser una parte inseparable de la vida, todo viene a ser parte del mismo guion, que ya está diseñado.

Como complementación a la festividad de Todos los Santos, la Iglesia ha reservado el 2 de noviembre para la conmemoración de “Los Fieles Difuntos”.

Reflexión desde el contexto actual:

El culto a los muertos de una forma o de otra es una de las tradiciones más arraigadas, que con el paso del tiempo no ha perdido fuerza, a pesar de que la celebración de Halloween, pagana y carnavalesca, intenta abrirse camino y desplazarla, pero la realidad es que por el 2 de noviembre todos los hombres y mujeres de cualquier clase, condición o creencia, sienten como un deber familiar, por encima de cualquier otra consideración, honrar a sus muertos. El Halloween, como mucho, podrá distraernos con una representación macabra y espectral de la muerte, llena de mal gusto, pero lo cierto es que nunca podrá desposeer a la festividad de los fieles difuntos de su sentido trascendente.  

*Autor: Ángel Gutiérrez Sanz