Apenas el sol comenzaba a alumbrar, le sentíamos levantarse y comenzar la tarea de la casa. Sola para ello, con sus hijas ya casadas o estudiando, diariamente manejaba con maestría la escoba de nuestro humilde hogar y al poco rato, el brillo de los pisos devolvía las siluetas de los muebles que ya estaban sin nada de polvo.

Después, al fondo, a buscar en la quinta las verduras que ella misma había plantado, para meterse de lleno en la cocina y comenzar a elaborar la comida.

¡Qué ricos pucheros que preparaba! Qué salsa casera deslizaba en el plato desde aquellas botellas que originalmente fueran de sidra y después, pasaron un tiempo boca abajo, con su pico clausurado por un paño, para lograr el sabor inconfundible e inolvidable de los tomates procesados con paciencia.

Y cuando llegaba la tarde, se aprontaba para salir coqueta hacia el centro, como si fuera a una fiesta, pero en realidad, iba a trabajar, nuevamente barrer, lavar pisos y dejar los vidrios impecables de los enormes ventanales de la oficina municipal o de la empresa “Marshall” de la que era limpiadora.

Y de tardecita, retornaba, se cambiaba y nuevamente a planchar la ropa que había dejado tendida en la cuerda del patio. Y si le sobraba algo de tiempo, una escapada hasta el comité de Landoni, donde incluso supo subirse a la tribuna alguna vez.

Era la última en acostarse y muchas veces sin cenar porque lo que había era poco y para ella primero estaban sus hijos.

Y los domingos, que deberían ser sus días de descanso, tras unos mates bajo la parra y entre sus plantas, preparaba los más ricos tallarines, elaboraba un sabroso pan casero, y volvía a ponerse “de pinta” para recibir en su mesa a sus hijos y nietos.

Se llamaba Reina Arismendes y es mi madre, más allá de no tenerla con vida desde hace unos años.

¡Cuántos casos así habrá en el mundo!

¡Cuántas mujeres anónimas de estas características merecen ser recordadas y homenajeadas en este “Día Internacional de la Mujer”!

Consigamos que el reconocimiento de hoy sea también el de mañana, y el de cada día.