A veces, perder no es tan malo como parece.

Las niñas de Wanderers de Durazno no pudieron cumplir su primer objetivo que era adjudicarse el Torneo que se jugó este fin de semana en Trinidad y que finalmente fue para Nacional de Montevideo.

Tras una victoria en el primer encuentro jugado el sábado, cayeron derrotadas en dos ocasiones este domingo ante los tricolores capitalinos 3 a 0 y ante Juventud River de la Regional del Sur por 2 goles a 0.

Y es lógico el llanto y la desazón en las jugadoras de categoría 2012 – 2013 porque moría una ilusión. Pero, superado ese primer momento, seguramente la evaluación será positiva y esperanzador el camino que deberá recorrerse en el futuro.

Apenas hace dos años que en Durazno juegan las niñas de esta edad. Es poco tiempo a la hora de enfrentar a equipos que vienen trabajando desde hace mucho y en competencias exigentes. Sin embargo, sobró el entusiasmo y a pesar de las diferencias notorias, física y técnicamente, jugaron de igual a igual.

Este tipo de campeonatos, más allá de los resultados, vienen de perilla para moldear la personalidad de las jugadoras, para encarar todo lo que venga después sumando la experiencia obtenida en la cancha trinitaria.

Es fundamental que todo el plantel, sus técnicos, dirigentes e incluso los padres comprendan en estas situaciones, de que lo importante no es ganar, sino que hagan deporte y crezcan en valores.

En el juego de la vida, se gana y se pierde. Competir forma parte de vivir y se rivaliza por reconocimiento, por éxito, por resultados o por afecto. Una parte apasionante de la vida es vivirla como un juego, una competición donde participar en ella te hace crecer y disfrutar.

A medida que el tiempo pase, recorrerán nuevos caminos que les conducirán a obtener mejores ganancias.

Por eso, a veces, perder no es tan malo como parece