Una mano de Pegui se posa en los hombros del pequeño, con la misma suavidad de sus palabras, mientras adornan la otra un ramo de flores que minutos antes le han entregado. En su entorno, los aplausos surgen espontáneos y el de su hijo más atrás, se confunde con la emoción y la gratitud.

Esa mujer de vida tan silenciosa a veces, como sufrida otras tantas, recoge casi sin palabras, pero con una sonrisa especial, el reconocimiento para su padre, que ha tenido otros en otros tiempos pero que el de este jueves, fue muy especial, porque la Pista que lleva el nombre de Don Héctor, muestra su nueva cara para orgullo de todos.

Quienes tuvimos la suerte de conocer al Profesor Héctor Merklen Budelli, sabemos de lo justo de este tipo de homenajes.

“El Maestro” para muchos duraznenses que abrazaron desde jóvenes la pasión por el atletismo o por la educación física. El generador de grupos en el deporte y en lo cultural. De notable importancia en el surgimiento de una corriente folclórica, que tuvo un auge extraordinario en la década del 60.

Retirado de su actividad, con el peso de los años sobre sus hombros, cada vez que retornaba una delegación deportiva, ganando o perdiendo, o se recibía a un duraznense exitoso en lo cultural, él estaba en la llegada con su cara bonachona y el abrazo fuerte que no necesitaba palabras.

Por eso seguramente, en cada flor que compone el ramo que hoy recibió Margarita, hay parte de cada uno de los duraznenses que recuerdan y valoran al querido Maestro.

J.C.C.