Extienden radio de búsqueda de Amparo Fernández
El Grupo de Investigación de Antropología Forense (GIAF), a cargo de la científica Alicia Lusiardo y la Policía de Florida comenzaron este sábado la extensión de la búsqueda de Amparo Fernández.
El lugar no se permite ser revelado. Tampoco la extensión específica ni otros detalles que puedan entorpecer el avance en este nuevo proceso investigativo.
Y es que este nuevo enfoque de análisis cambia por los procesos policiales que lograron triangular comunicaciones telefónicas, movimientos del implicado y ahora lo que los antropólogos definieron como “anomalías”, que procuran puedan aportar al esclarecimiento del caso.
La Magister Alicia Lusiardo, antropóloga forense que ha tenido a cargo importantes excavaciones relacionadas a búsqueda de detenidos desaparecidos, remarcó que llegó a Florida para colaborar en un caso donde, como todos, “siempre tiene una familia detrás que busca”.
El grupo que coordina tiene mucho trabajo. Por ello, cada fin de semana que puedan concurrir es fundamental para el aporte que puedan hacer los expertos a la investigación, tal como destacó el Jefe de Policía de Florida, Ruben Saavedra.
Sobre las 10 de la mañana el equipo ya estaba en campo. El predio es un lugar que determinó la Policía.
“Es una gran área de trabajo”, se indicó a partir de una extensión que abarca kilómetros.
A partir del punto policial, los científicos combinaron información de imágenes satelitales “para ver cambios en el paisaje, acceso a filmaciones de drón, y la recorrida a pie observando cambios, depresiones y otras anomalías”, explicó Lusiardo.
Las “anomalías” en el paisaje son elementos que los arqueólogos establecen “para detectar cambios in situ, que puedan indicar la presencia de una fosa clandestina”.
El tiempo, clave
Que “recién” hayan pasado 11 meses del evento es una ventaja clave para los científicos.
Amparo Fernández desapareció el 29 de junio de 2019.
L.D.O., el hombre que le vio con vida por última vez cambio su versión, pero la Policía tiene parte de sus últimas comunicaciones y recorridos probables. Para esos detalles, no hay cambio de versión, pero son apenas la base para una nueva etapa de búsqueda.
“El personal de Florida ha realizado un gran trabajo en estos 11 meses. Y ese tiempo es una ventaja para los términos que nosotros manejamos: estamos acostumbrados a cosas que ocurrieron hace décadas. Y sobre todo si estamos buscando una cosa muy pequeña en el terreno”.
¿Quiénes y qué buscan en esta etapa?
Anomalías. Esa parece ser una palabra clave en este momento. Previo a este fin de semana, los técnicos recorrieron, prospectaron y marcaron esas anomalías.
Licenciados en ciencias antropológicas, estudiantes, graduados, arqueólogos y antropólogos buscan, miran, observan, analizan cualquier cambio en el terreno. Imperceptible para la mayoría de nosotros, clave para los científicos.
En esta etapa esas anomalías fueron parte de excavaciones manuales. Entre otros elementos, se buscan aquellos que puedan conducir a una fosa clandestina.
Amparo y otro caso en flores
Oriunda y residente en Paysandú, Amparo Fernández había viajado al departamento de Florida para encontrarse con un hombre identificado como L.D.O. (34), quien trabajaba en una estancia próxima a Polanco del Yí, y que se contactó con ella en las redes. Él, entre muchas versiones, fue quien la vio con vida por última vez.
El 29 de junio a las 14:13 horas, Amparo compartió su última imagen hasta la fecha. Un video que filma presuntamente L.D.O. desde un caballo. Fernández va en otro, por un sendero que, seguramente, ya fue identificado por la Policía cuando culminó de triangular comunicaciones.
El implicado le conoció un año antes de su desaparición. Tras contacto y relaciones, hubo desavenencias.
La principal, de acuerdo a la investigación, radicó en una discusión por la doma de caballos. Un equino, específicamente, le fue regalado a la mujer -se presume el del video- además de una suma de dinero de unos $7000, pero todo, con la condición de que ella fuera al establecimiento próximo a Polanco del Yí.
Tras el altercado, la mujer decidió irse del lugar, aparentemente antes de lo previsto.
Un amigo de Amparo, testimonió que L. estaba obsesionado con la mujer. La pericia del teléfono celular encontró algo llamativo. Allí surge entre las búsquedas en Google: “brujería en el departamento de Florida”.
L.D.O. tiene inconsistencias en sus versiones, y en detalles de éstas. Primero, habló de la discusión.
Dijo que llevó a la mujer a Sarandí Grande. Ella se iría en ómnibus. No hay registros ni frecuencias que coincidan con la hora.
Después, dijo que viajaba junto a Amparo en una camioneta. Sufrieron un accidente y la mujer murió.
“Asustado”, lo arrojó desde el puente al río Yí. Según vecinos de la zona, en esos días, estaba crecido. Y no había paso al puente.
En ese cúmulo de mentiras, cuando señaló a los agentes que arrojó el cuerpo al río, dijo que habían elementos atados al cuerpo como bolso, matera y ropas. Otra vez, inconsistencias: al menos la matera fue encontrada por los agentes junto al tapón del termo que tenía la víctima. Y no allí, sino bastante lejos del río.
“Es otro curso de agua y próximo a otro camino del cual señaló transitar”, se dijo entonces ..
Con buzos de la Guardia Republicana, Prefectura y Bomberos, la Policía buscó incansablemente en el río. Nada. Ni rastros.
En cuanto al teléfono celular, los agentes encontraron elementos. Y otro detalle: se reveló que fue arrojado en el arroyo Pantanoso de Castro, también lejos de la estancia y de Polanco del Yí. Y de donde estaba la matera. Más terreno a cubrir.
Así, el área de búsqueda se hace inmensa. Descartando los sitios donde no pudo haber estado -salvo nuevas versiones- se estima entre 50.000 y 80.000 m2.
Por si fuese poco, en prisión preventiva desde el 5 de julio, y durante un comienzo de reconstrucción en la estancia el 23 de setiembre, L.D.O. volvió a cambiar su versión.
Ahora, Amparo había sido secuestrada por “cuatro matones” que a su vez lo habían amenazado, y que él había callado hasta entonces por miedo a represalias de esos supuestos raptores. Pero sigue siendo el único que le vio por última vez.
Hace algunas horas, una crónica de Telemundo confirmó un hecho que, estaba siendo analizado desde hace varios meses: otro caso similar a una de las versiones de L.D.O.
El 21 de noviembre de 2010, según lo que intenta probar la Justicia, L.D.O. habría intentado asesinar a una mujer en un campo en Flores.
Entonces, atropello a la pareja de su patrón. La bajó del auto en que iba y la subió al suyo.
La mujer estuvo inconsciente pero se recuperó. Al ver que L.D.O. siguió su camino al pasar por un poblado en vez de llevarle por atención médica, se tiró del auto y realizó la denuncia.
El caso estaba cerrado, había sido catalogado como accidente pero la fiscal Alicia Abreu dijo que decidió desarchivarlo por las similitudes con (una de las versiones) del caso Amparo.
Los antropólogos trabajan con información, datos, lugares georeferenciados y buscan ahora en medio de esta vastedad de conjeturas y espacios, al menos alguna “anomalía” que pueda indicar qué pasó con Amparo Fernández.
Fuente: Florida Diario