Ha pasado un año de la primea foto sacada al comienzo de la construcción de su hogar por un hornero, en los hombros del monumento a Artigas.

Hoy mientras al pie, las flores colocadas por las autoridades homenajean al Prócer, el nido luce terminado. No está para la foto de hoy, su constructor – poeta del espacio –  ni su compañera de toda la vida, como entendiendo que lo que importa es la obra y no quien la realiza.

Barro sobre bronce, historia y presente.